Sin Estados Unidos el TTEP no es tan atractivo para México

Por: Pascual Raúl Zárate Gil

Aquí Puebla desde Londres.- Vaya inicio de año, y que inicio no? Alguna novedad? Todas. Un año que ha visto en prácticamente un mes un cúmulo de hechos verdaderamente extraordinarios, que nos mantienen en expectación. Acontecimientos internos que van desde el “gasolinazo” y el pillaje orquestados por las mismas autoridades, hasta el ámbito externo, como lo es la pesada insistencia de Trump de ganar fuerza, legitimidad y poder ante sus electores, a cambio de que México pague los platos rotos. La volatilidad y depreciación de nuestra moneda, la más vapuleada y devaluada del mundo, y una estimación de crecimiento muy pobre y baja, si bien nos va, por parte de todos los organismos nacionales e internacionales, de 1.7 a 1.4%.

Y todavía lo que viene con la salida de Estados Unidos del Tratado de Cooperación Económica Asia Pacífico (TTP) que podría obligarnos a salir también de un tratado en el que ya no estará nuestro principal socio, y en el que no le conviene a la mayor parte de nuestros empresarios salir a competir con productores con un alto nivel de competencia en productos como los textiles calzado, lácteos, como son los casos de Nueva Zelanda, Vietnam y Malasia. Con Chile y con Perú ya tenemos un acuerdo, lo mismos con Canadá habremos de renegociar el TLCAN y con Japón ya tenemos un tratado. Así son muy pocos los alicientes por los que México tendría que quedarse con el TTP. A cambio del enorme beneficio que sí obtendrán en todos estos mercados las grandes empresas trasnacionales, especialmente las farmacéuticas.

A nivel nacional la noticia que sacudió y seguirá sacudiendo para el mes de febrero a la economía popular serán los nuevos “gasolinazos”, teniendo como pretexto la liberación de precios que no tienen otros objetivo ni justificación que darle el gobierno de Enrique Peña Nieto más de 200 mil millones de pesos adicionales de ingresos, para que se haga nugatorio el recorte que anunciaron al presupuestos por 239 mil millones de pesos, y para que el gobierno tenga dinero para hacerle frente el boquete financiero que arrastra con el pago de la deuda externa.

Resultan contradictorias, un engaño, una patraña, una traición a los mexicanos las promesas y frases presidenciales que se divulgaron en la propaganda oficial y las redes sociales acerca de que la “la reforma energética bajará los costos de las gasolinas…”. Claramente fue una trampa para engañar y venderle el pueblo esta reforma, que no ha hecho y hará más que beneficiar a aquellos grupos empresariales ppoderosos de fuera y dentro del país.

Ya es conocida esa vieja práctica de abrir un sector o privatizar una empresa pública para que unos pocos, las grandes empresas trasnacionales y un pequeño grupo de inversionistas mexicanos se beneficien, sin tomar en cuenta los intereses soberanos de México y su posición geopolítica ante el mundo que lo hace más dependiente y menos autónomo; e internamente la riqueza se sigue acumulando en unas cuantas manos, la de los amigos del presidente.

La reforma energética se ha empleado para liquidar a Pemex, desmantelarlo y dejarlo en manos privadas que solo ven su beneficio personal y de grupo y en poco o nada les ocupa ni preocupa la producción y el abasto nacional de este energético. Si Enrique Peña Nieto buscará el beneficio de México, tuviera un poco de patriotismo lo que haría es utilizar los 200 mil millones de pesos que va a recolectar con el Gasolinazo, para retomar el proyecto de la refinería Bicentenario en Tula para que México disminuyera su creciente dependencia de este combustible. Así se echaría en la bolsa la voluntad de los mexicanos. Hoy la refinería debería estar produciendo 161 mil barriles diarios de gasolina y otros 125 mil barriles diarios de diésel.

Sin embargo, debe importar 65% de la gasolina. En 1995 México producía 58.2 mil millones de barriles a comparación de enero 2015 que solo produce 37.4 mil millones diarios, gracias a que en otra obra criminal de la reforma energética se han dejado morir gradualmente a las refinerías que hay en Oaxaca, Veracruz, Nuevo León, en Salamanca y Tamaulipas y la que Carlos Salinas de Gortari cerro en Azcapotzalco.

El hartazgo social ante los yerros y deliberadas maniobras antinacionalistas de ésta administración rebasa ya todos los limites Ya es incuantificable esta acumulación de acontecimientos y agravios; y parecería que el Presidente quiere comete más y más errores simulando que con ellos quiere servir al país.

El mal gobierno ha terminado por arrastrar al PRI y todo indicaría que el PRI está enterrado en las próximas elecciones que se habrán de llevar a cabo en el Estado de México este año, igual en Nayarit, y no se diga para las elecciones presidenciales del 2018 en que, con qué cara se va a presentar el candidato del PRI frente a los electores nacionales que ya están fastidiados de ver cómo los gobiernos priistas y panistas han venido entregando el interés nacional a los grandes intereses corporativos trasnacionales y haciendo cada vez más dependiente a México de Estados Unidos, lo cual se ha traducido en menos empleo y cada vez mayor pobreza entre los mexicanos.

Ahora bien, no se debe descartar el movimiento lógico-pragmático de la designación de Luis Videgaray como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores. No solo ha sido el justificante perfecto para cabildear posibles acercamientos con el equipo de Donald Trump, sino además podría suponer que Videgaray buscará su candidatura a la presidencia, o simplemente estará haciendo el cabildeo para que desde Estados Unidos se busque desprestigiar y debilitar la candidatura del indetenible López Obrador bajo el pretexto de que el tabasqueño ha amenazado con echar abajo las reformas estructurales, entre ellas la energética que es totalmente contraria a los intereses de México y favorable a los de Estados Unidos, más cuando en energía se encuentra al frente el que fuera presidente de la poderosa Exxon Mobil.

No cabe duda que Donald Trump seguirá buscando su legitimación a cualquier costo a expensas de México, por cumplir promesas de campaña que lo llevaron al triunfo, alguna de ellas irracionales como las de echar fuera de Estados Unidos del primero al último migrante ilegal en Estados Unidos; su loca idea de construir el muro fronterizo con fondos estadunidenses que después le cobraría a México; y su campaña de Tuiwters para amedrentar a las empresas automotrices con aranceles de 35% ´para que dejen de invertir en México y trasladen sus planas a Estados Unidos.

Trump seguramente hará cambios sorprendentes al sistema global neoliberal que tendrán un costo directo en México, su víctima favorita por ser una de las economías más abiertas. La pregunta ideal sería por qué no empezó con China, la segunda potencia económica del mundo, con China tiene un déficit comercial de 368 mil millones de dólares. No lo hace porque China tiene con qué responderle, China tiene las mayores inversiones del mundo en bonos del tesoro estadounidense, y la mayores reservas internacionales cotizadas en más de tres billones de dólares.

Desde ese punto de vista Donald Trump es un gobernante truhan, cobarde, oportunista y escurridizo que le pega a México porque tenemos un gobierno sumiso y un país con una dependencia pavorosa que cualquier movimiento estadunidense nos hace daño. Los escenarios venideros se ven duros y difíciles de enfrentar cuando la misma nación se encuentra dividida, empobrecida, desamparada y solo hay una élite privilegiada y acomodaticia..

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