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Reciben a Peña Nieto con clamor de ayuda

Excélsior

ACAPULCO, Gro. 20 de septiembre.— “Señor Presidente, la gente se está muriendo de hambre en el poblado de la Nueva Revolución”, le gritaron a Enrique Peña Nieto cuando llegó al albergue Cici, en la colonia Renacimiento. Eran treinta personas que estaban en la calle, afuera de las rejas, esperando hablar con él.

 

El mandatario caminó hasta la reja y le dijeron: “Ustedes dicen que ya fueron, pero no han ido al poblado de la Nueva Revolución a ayudarle a la gente”, le dijo un joven al Presidente, así como al secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, y a la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, que estaban allí.

¿Dónde está la Nueva Revolución? Yo no soy de aquí”, les preguntó la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, a dos señoras y un señor que, desesperados, le pedían ayuda para sus familiares.

Está del lado de la Sabana…la gente no tiene ropa, no tiene comida, no tiene nada; nosotros, de parte de la parroquia, les estamos ayudando como podemos”, respondió otra de las señoras.

A una de las señoras que estaban abogando por la gente de la comunidad Nueva Revolución, Elicea Reyes Hernández, el oficial del Estado Mayor Presidencial la dejó entrar al patio del albergue y entonces le dijo al secretario Osorio Chong: “No les ha llegado absolutamente nada, nosotros venimos ahorita de la Nueva Revolución. Les llevamos comida, porque necesitan comida, ropa, alimento… se está muriendo la gente”.

Y los robos están a la orden del día: “En la entrada a la Sabana, el puente que está en la Sabana para entrar a la frontera, nombre… está lleno de malandrines, carro que va entrando…carro que están saqueando allí”.

Rosario Robles llamó a una de sus asistentes que anotó el nombre, el teléfono de la señora y fue anotando lo que necesitan en la comunidad.

Otra señora le dijo al Presidente “sigue habiendo pueblos incomunicados, a nosotros que somos de allá nos duele porque no podemos salir para allá”.

Estamos llegando nosotros con helicópteros” dijo el presidente Peña Nieto, a lo que el señor le respondió implorando “por favor, por favor ayuden a nuestra gente”.

Con viudas y huérfanos de La Pintada

Más tarde, el mandatario entró al albergue donde están mil 200 personas, 700 del poblado de La Pintada, y los demás de otras comunidades.

Estaban las viudas y huérfanos de los fallecidos, mujeres, jóvenes, niños y hombres con rostro de desolación. Algunos le preguntaron: “¿Qué va a pasar con nuestras comunidades, con nuestras casas?”.

A ellos el Presidente les dijo: “En el caso de La Pintada prácticamente es una comunidad que vamos a reubicar, por el riesgo al que está expuesta, porque está al pie del cerro, en buena parte derruido, y por ese reblandecimiento de la tierra que prácticamente sepultará a esta población”.

A los cientos de señoras, menores de cinco años, algunos que jugaban sobre el piso, las escaleras o unos cartones sobre los que están las colchonetas les anunció: “Lo primero que estamos haciendo es poniendo a salvo a la gente para que tengan el suministro de alimentos, de agua, de ropa u puedan estar a salvo, sobre todo aquellos que lo perdieron todo y aquellos que no han podido regresar a sus casas”.

También les dijo que ya se empezó a hacer un censo en las zonas donde ya bajó el agua para hacer un cálculo de las pérdidas totales, para después iniciar un programa de reconstrucción de casas. Al salir del albergue, el Presidente se encontró con un joven de 17 años que llevaba una camiseta sin mangas. Era muy delgado y tenía lágrimas en los ojos.

Señor Presidente, acabo de perder a mi padre. Se llama Margarito Hernández. Y perdí a mi hermano y a mi cuñada”.

Y siguió narrando su historia: “Busco a mi hermanita y a mi mamá. Me quedé solo, en mi casa. No puedo hacer nada. Estamos de luto. La mayoría del pueblo perdimos a nuestra familia”.

Ante el testimonio del joven de La Pintada, el presidente Peña Nieto respondió: “A ver. Venimos hoy a comprometer aquí esta ayuda, este apoyo. Por eso les he expresado a todos ustedes mi solidaridad y mi pesar realmente por lo ocurrido”.

El mandatario dijo que las autoridades están trabajando lo más rápido posible, pero también le pidió paciencia a la gente.

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