Quitar un tumor cerebral con el paciente despierto evita las discapacidades

MIlenio

En México se ha registrado un aumento de casos de personas con tumores cerebrales malignos localizados en áreas de control de lenguaje, movimiento o razonamiento abstracto, pero existen menos de 2 mil neurocirujanos en el país, y de estos, menos de la mitad está actualizada en la intervención quirúrgica con el paciente despierto, la cual evita que la persona quede discapacitada o en estado vegetativo.

 

Al respecto, Bernardo Cacho, especialista del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), explicó que “la cirugía cerebral es una de las técnicas quirúrgicas que mayor capacitación teórica y práctica exige al personal de salud. Día a día, se establecen nuevos avances tecnológicos para la realización de dichas intervenciones y las indicaciones de tratamiento con neurocirugía se modifican de manera continua”

El experto explicó que “realizar procedimientos quirúrgicos neurológicos con el paciente despierto permite la detección temprana de complicaciones durante la cirugía y reduce los riesgos de la propia intervención en un buen porcentaje, aunque no libra al ciento por ciento los riesgos de esta compleja intervención”.

Cacho señaló que, además de en el Incan, “existe la tecnología para realizar estos procedimientos en varias instituciones… Compartimos el entusiasmo de otras instalaciones que han iniciado estos procedimientos y extendemos la invitación a participar con nuestro equipo de expertos, en donde tratamos a más de 2 mil pacientes por año desde hace más de 7 años, con este tipo de padecimientos”.

El experto abundó que “la cirugía neurológica con el paciente despierto se lleva a cabo en el Incan desde hace varios años (más de 5), supervisada por el doctor Gervith Reyes Soto, encargado del área de Neurocirugía”.

Sin embargo, acotó, “no todos los pacientes con lesiones cerebrales son candidatos a este tipo de cirugías y se requiere de una valoración completa por parte de un equipo multidisciplinario médico y paramédico que incluye a neuropsicólogos, neurólogos clínicos, neurofisiólogos, psiquiatras, neuroonólogos y radiólogos”

Falta de capacitación

Por su parte, Héctor Velázquez, jefe de Neurocirugía de Mínima Invasión en el Hospital Civil Juan I. Menchaca y el Hospital del Issste, en Guadalajara, explicó que debido al aumento de casos se están conformando equipos encargados de capacitar los médicos con la técnica de “cerebro despierto” para disminuir las reacciones adversas vinculadas con la pérdida de movilidad, del habla, de visión o hasta el riesgo de caer en estado vegetativo.

“En el país hay miles de personas que presentan tumores malignos en áreas llamadas elocuentes, por estar ubicadas en zonas (del cerebro) de control del lenguaje y del movimiento, del razonamiento abstracto”, comentó Velázquez.

Además, afirmó que existe un subregistro de casos y “hay mucha más demanda de atención y carga excesiva de trabajo; por ejemplo, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía otorga alrededor de 100 mil consultas anualmente y realizan alrededor de 250 neurocirugías”.

Por eso, Velázquez comenzó desde hace dos años a capacitar en esta técnica —que ya se práctica en epilepsia de forma generalizada—, a un equipo multidisciplinario que incluye a varios especialistas para aplicarla en la extracción de tumores.

El procedimiento

La cirugía de cerebro despierto consiste en dormir parcialmente paciente pero éste es capaz de leer, contar aspectos esenciales de su vida, combinar palabras y realizar ejercicios sencillos físicos y mentales durante la operación.

Esta interacción se da mientras el equipo multidisciplinario de médicos extirpa tumores malignos de hasta 15 centímetros de ancho o corrige malformaciones vasculares y diversas lesiones quísticas.

Velázquez explicó que el equipo de neurocirujanos, rehabilitadores físicos y demás especialistas se encarga de monitorear cada uno de los movimientos del paciente intervenido bajo la técnica de cerebro despierto para disminuir las reacciones adversas, técnica con la que México se ha ubicado a la vanguardia de la neurocirugía de mínima invasión.

En el Hospital Civil Juan I. Menchaca han intervenido a 15 pacientes, y en todos los casos se ha obtenido éxito. Se trata de gente que, una vez que sale de cirugía, se integra casi de inmediato a su vida cotidiana y es física y mentalmente funcional.

Con la técnica anterior, explicó Velázquez, “al paciente se le duerme completamente y esto dificulta al cirujano hacer las evaluaciones para no lesionar esas áreas cerebrales durante el procedimiento”.

Pero en la actualidad, precisó, se abre el cráneo 10 centímetros por 10 centímetros y se mapea el cerebro con números, en los cuales, se instalan terminales que se estimulan con voltaje.

Eso permite monitorear alteraciones e identificar qué lugares deben de tocarse, cuáles deben de protegerse y hasta dónde se debe de avanzar en la extracción del tumor o lesión.

“Cuando mapeamos el cerebro, identificamos las vías de las neuronas, que a veces no son rectas. Utilizamos equipo moderno, de imagen, para efectuar la navegación y exploración. Pero más que la tecnología, es la técnica basada en la respuesta del paciente la que se convierte en nuestra guía, y en eso consiste el perfeccionamiento de este procedimiento en el que México es pionero”.

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