México no debe rezagarse de la transición automotriz

Por Pascual Raul Zarate Gil

Aquí Puebla, desde Londres. 7 de marzo. Durante la mayor parte del siglo XX el petróleo ha representado la principal fuente de energía para el mundo, así como grandes carretadas de ingresos al erario público para los países que cuentan con vastas reservas petroleras, a tal grado que han llegado a formar un club selecto que podía controlar un punto estratégico geopolítico.  Ejemplos claros son los miembros de la OPEP, y otros países como Estados Unidos, China, Rusia, Venezuela, México, Irán, Irak, entre muchos otros..

Actualmente el petróleo sigue representando un commoditie esencial en la economía global. Representa el movimiento de miles de millones de dólares diarios, no solo en la extracción, explotación y venta del crudo, sino además de lo que permea dicha materia, como la logística, infraestructura y ante todo su inmersión dentro del sistema financiero desde simples líneas de crédito hasta

Si bien no está en tela de duda su actual importancia en el desarrollo de la industria global y en la movilidad de cientos de millones de vehículos en todo el mundo, así como su indispensable presencia en cientos de productos y subproductos terminados. Lo cierto es que el petróleo ha ido perdiendo mercado ante las energías renovables y desarrollos tecnológicos que permiten el uso de otras materias primas en sustitución de de los hidrocarburos..

Hoy en día existen mayores competidores energéticos, nuevos descubrimientos como el Shell gas, existe otra vertiente que empieza a tomar mayor importancia año tras año como son las energías verdes. No es un tema nuevo, pero continua fluyendo  en la última década. Mientras algunos países lo ven en segundo plano, otros empiezan a tomar cartas sobre el asunto para querer ser punta de lanza, en reconocimiento que en un mediano plazo sustituirá posiblemente al petróleo.

Algunos países reconocen que estas energías son mayormente demandadas, los ahorros que traen consigo traen, los incentivos fiscales necesarios para promoverlas, su importancia ante el cambio climático para no seguir contaminando la atmósfera, y la importancia geoestratégica que representarán en el futuro. Mientras tanto otros países solo observan, no le dan la misma importancia o simplemente se dedican a consumir lo que otros producen, descubren y aprovechan para explotar esos recursos en otros países.

Naciones como Arabia Saudita que se ha enriquecido a través del oro negro, reconocen la importancia de moverse a energías renovables como los paneles solares. Por ello ha decidido diversificar sus utilidades en invertir en dichos paneles solares.

La industria automotriz está siendo trascendental en el sector energético. Cabe con ver como los países de la Unión Europea han establecido un límite de tiempo para transitar de autos de combustible a vehículos eléctricos, todo con el fin de reducir la emisión de CO2 en la atmósfera, aunque en contraste Estados Unidos, en la era de Donald Trump, no parece preocuparle en lo mínimo el calentamiento global por la contaminación ambiental, pese a ello avanza en el uso y desarrollo de todas las nuevas tecnologías energéticas renovables.

En Europa las principales potencias, como Francia, Alemania y Reino Unido, han impuesto un plazo perentorio hasta 2040 para dicha transición. La respuesta fue inmediata, automotrices como como Jaguar Land Rover señaló que toda su línea será de vehículos de esa naturaleza, así como híbridos. Por otro lado Volvo plantea ofrecer solamente carros híbridos y eléctricos a partir del 2019. Otras automotrices  como Volkswagen y Renault no tardaron en responder y tienen planes parecidos.

Se calcula que la transición de carros eléctricos podría desplazar la demanda de cerca de 8 millones de barriles diarios  para el 2040 lo cual seguramente tendrá un impacto en el precio del petróleo. Un parámetro que podemos tomar es la reciente caída del precio del petróleo a partir de la crisis financiera, en especial del 2008-2009, es que la demanda cayó en 1.7 millones de barriles diarios, lo cual significó que el precio pasará de 146 dólares a 36 dólares.  Actualmente la demanda global oscila entre los 90 y los 91 millones de barriles diarios.

Seguro representará una transición costosa la de la sustitución gradual o uso mixto de los hidrocarburos y energías renovables y no contaminantes. Mucho ha de cambiar el mundo en las próximas tres décadas

El gigante en crecimiento como lo es Tesla, a través de su CEO Elon Musk, han impuesto tendencia y competencia en el sector. Desde sus grandes inversiones, hasta plantas de producción, la incursión de tecnologías futuristas, hasta el reciente lanzamiento de un cohete adjunto a un auto que pusieron en el espacio. La empresa está influyendo, marcando tendencias de manera trascendental en al materia.

El gigante asiático China demuestra su interés en no quedarse atrás y consolidar su posición global. Es por ello que tanto en el sector energético como automotriz continúa consolidando y ampliando su poderío. Empresas como “Contemporary Amperex Technology Ltd” planean invertir cerca de 1.3 mil millones de dólares para construir una planta que logré proveer de suficientes baterías eléctricas a Tesla, Nissan, GM y Audi.

La inversión provendría de la posible oferta pública de la empresa. Es por ello que el gobierno Chino como ya lo ha demostrado anteriormente apoyará a CATL para consolidarse; así como lo realizó con otras entidades trasnacionales tales como Alibaba Group Holding Ltd, Tencent Holding Ltd. Hoy en día China es el mayor consumidor de autos de combustible, y seguramente lo será para el sector de vehículos eléctricos en 2025 como se lo plantea hoy en día. Tan solo en 2015 tuvo una venta de 777,000 vehículos de energías renovables.

Actualmente la administración de Xi JInping otorga subsidios a consumidores de vehículos de combustible no fósiles. Los subsidios llegaron a 83 mil millones de yuanes del 2016 al 2017. Incluso las automotrices como Volkswagen sienten la presión de utilizar en sus vehículos baterías hechas en China para beneficiarse de los subsidios, a pesar de no existir ningún marco jurídico que prohíba el uso de baterías no hechas en China.

El cuestionamiento final es que rol quiere jugar México en esta nueva etapa de transición global. Si bien se reconoce la importancia de estas energías, no se demuestra cómo se atacarán estos cambios que no se insertan simplemente en la industria automotriz mexicana de manera tan notable como en su caso en China.

México tiene la oportunidad de utilizar sus vastos recursos energéticos de toda índole, ya sea a través de la innovación de tecnologías propias y ajenas, de tomar control de sus riquezas o simplemente convertirse en el arrendador de su territorio y perder fuerza de negociación al futuro, pues muchos países que actualmente dependen de laa energía generada en otros países puedan pasar a ser auto suficientes.

En lo que concierne la industria automotriz, es primordial que se imponga una política fiscal de subsidios para crear la infraestructura necesaria, la educación ambiental, el apoyo a tecnologías, la repatriación de capital humano. Todo en la víspera de no rezagarse y terminar como siempre siendo una industria maquiladora que no de un valor agregado a sus productos. México debe empezar a fomentar la fabricación de baterías automotrices que van a tener un gran futuro, para no quedarse en el ámbito de nación siempre dependiente de las importaciones estratégicas.

Será interesante ver que iniciativas darán los candidatos presidenciales, así como una verdadera agenda política en el ramo que sea materialice en seis años y que dejen los cimientos para las administraciones sucesivas.

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