La doctora Jiménez nos comentó que llegan a su consultorio pacientes con síntomas graves de coronavirus. Muchos acuden por el temor que les genera ir a un hospital y salir en una caja. En cenizas. Su equipo de protección es muy básico, cubrebocas, careta y pijama quirúrgica, además de tomar las medidas de lavado de manos, desinfección del instrumental y su consultorio al salir cada paciente.
De alrededor de 300 casos sospechosos atendidos, desde el inicio de la pandemia, al menos 100 han llevado su prueba positiva y 30 han fallecido por no acudir a un hospital. Ante este panorama considera que deberían ser incluidos en el plan inicial de vacunación. Algunos de sus pacientes con otros padecimientos, en días recientes, le han preguntado qué pasará con ella, si entrará o no en el programa, pues da consultas en una colonia de la alcaldía Álvaro Obregón considerada de alto riesgo.
”Debe ser para todos los médicos, ya que los particulares, en mi caso, estamos en la primera línea también. Nos están dejando a un lado por no estar en un hospital. Obviamente nosotros tenemos pacientes que acuden en muy mal estado. A veces ya con fases muy avanzadas y nos exponen. También estamos haciendo frente de otra forma, porque realmente estamos ayudando a que no lleguen a hospitalizarse, les damos tratamientos y por eso necesitamos ser vacunados sí o sí. Eso es un derecho que tenemos como médicos”, puntualiza la joven doctora.
En 2014, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) tenía un registro de 13 mil consultorios adyacentes a 28 mil farmacias en el país, en los que se empleaban a 32 mil 500 médicos.
A su vez, Héctor Martínez cuenta que como médicos de farmacia jamás son tomados en cuenta y se encuentran vulnerables.
“Nunca nos han considerado para nada, porque no trabajamos en sus instituciones (de gobierno). Tendría que ser para todos, a final de cuentas también vemos pacientes en primera línea. Dicen que tienen pacientes complicados y todo, pero nosotros también los hemos visto. Muchos no quieren ir al hospital, pero se les da tratamiento en su casa. Nos piden que vayamos a verlos a su domicilio, ahí también es un alto riesgo. (…) Si yo llegara a pedir una vacuna de forma voluntaria, me van a preguntar si soy personal de salud del gobierno, pero van a decir: ‘no trabajas con nosotros’. En ese aspecto me siento desprotegido”, recalca.
Angélica Verano hace medio año que dejó su trabajo en un consultorio de la cadena de Farmacias Similares, para ingresar a un Centro de Salud de la SSA al oriente de la CDMX. Ahí realiza filtros respiratorios a los pacientes que ingresan, si tienen síntomas sospechosos, los manda a realizarse la prueba de Covid-19 en el mismo lugar. Hace unos días le pidieron sus datos e informaron que les dirán la fecha y a dónde debe acudir a vacunarse por personal de la Sedena. Con esto se sentirá un poco más protegida.
Con información de Sol de Puebla