Ludismo político, ¿quién es el enemigo en Ajalpan?

Por Adrián Salazar

Para la población, por lo menos para la medianamente informada, no son desconocidas las agresiones cometidas la semana pasada contra del equipo priista que encabeza la ingeniero Edith Villa Trujillo, candidata a diputada federal en el distrito XVI de Puebla. Crímenes que fueron denunciados en tiempo y forma, y conocieron la luz pública en diversos medios de información de nivel local, estatal y nacional.

Aquí sólo sintetizaré los hechos. 1) Aproximadamente a las 03:30 de la madrugada del 16 de abril, fue baleada la casa de la doctora Yolanda Pacheco Olivares, candidata suplente a la diputación federal en el distrito mencionado. 2) Alrededor de una hora después, la camioneta que utilizaba Alfonso Flores Zúñiga -líder antorchista en el municipio de Ajalpan, cabecera del distrito XVI-, fue incendiada.

Sin embargo, pese a que los hechos fueron detalladamente explicados, algunos mercenarios de la información y seudo líderes de opinión en la región se atrevieron a afirmar, sin presentar prueba alguna, que el ataque fue autoperpetrado. Según sus retorcidos y forzados razonamientos, el motivo de este ataque es una “medida desesperada para repuntar en la elección” ante la “notable ventaja” de los contendientes opositores de la fila priista.

Acusan al antorchismo de recurrir a “este tipo de prácticas desesperadas” y dan eco a quienes crucifican mediáticamente a los antorchistas por su labor de organizar, educar y politizar al pueblo pobre del distrito, principalmente de los municipios de la Sierra Negra, donde se localizan algunos de los mexicanos más pobres, humildes y olvidados.
Como principio de una lista de sandeces, nuestros detractores injurian que el Movimiento Antorchista es enemigo del pueblo, sin más respaldo que el argumento de que la candidata Edith Villa Trujillo es antorchista y no nacida en el distrito.

Es notorio que en este caso se esconde una mente “maestra” que dicta sus palabras para que otros las repitan malamente como pericos amaestrados, utilizando el periodismo como cobijo para erigirse como jueces; además, no sólo ofenden a más de un millón y medio de mexicanos adheridos a nuestras filas con ese bodrio de calumnias, también denotan un raciocinio arcaico, retrógrado y xenófobo.
He aquí el ludismo político, se acusa al Movimiento Antorchista de ser un riesgo para la sociedad, cuando en realidad es la gente, que viendo una opción de progreso y desarrollo en el antorchismo, han decidido pertenecer a las filas de esta organización para salir de la pobreza a la que han sido confinados durante años por las cúpulas rancias encumbradas en el poder.

Estas personas que se sienten con derechos patrimonialistas sobre el XVI distrito federal electoral, pueden ser los mismos que, rasgándose las vestiduras, cuestionan por qué una persona ajena al distrito tiene la oportunidad de representarlos, cuando según ellos, aquí hay personas capaces, y me pregunto, durante todos estos años, ¿qué han hecho esas personas oriundas del distrito, a las que se refieren, por abatir la pobreza? ¿Por qué se lanzan contra el antorchismo atacando nuestra labor en lugar de contribuir de la forma que gusten? Los hechos hablan por sí solos. Como dijo el ingenioso caballero de la triste figura: cada quien es hijo de sus obras.

Un rápido vistazo a las obras de Lisandro Campos, actual diputado del décimo sexto distrito federal por el Partido Revolucionario Institucional, como lo mencioné en el artículo anterior, en el 2014 fue galardonado con el reconocimiento nacional “Mejor Diputado”, mismo que año con año entrega el Instituto Mexicano de Evaluación (IMDE), el cual ganó por su significativa gestión de recursos para abatir la marginación en los 23 municipios que conforman el distrito que tan dignamente representa en la Cámara de Diputados.

Es decir, desde que llegó Lisandro Campos, las necesidades de este distrito se han atendido, ha trabajado, y ha luchado por elevar la calidad de vida de estos pueblos marginados.
Insisto, el Movimiento Antorchista no tiene enemigos personales, nuestra única enemiga es la pobreza, y quienes se hayan sentido aludidos al denunciar estas agresiones cometidas en contra de nuestros compañeros, allá ellos y su conciencia, quizá sea porque su subconsciente los traiciona.

Ítem más. El ludismo político se revela nuevamente, cuando esas personas que no están de acuerdo en nuestra lucha contra la pobreza, creen que “sacando” a Antorcha de la Sierra Negra, del Valle de Ajalpan y de la Mixteca Alta, el problema de la pobreza se resolverá; es claro a todas luces que eso no pasará.

Para acabar con la pobreza hay que tener el deseo y compromiso de luchar en favor de los menesterosos, anteponiendo el beneficio colectivo al personal y luchando hombro con hombro con el pueblo pobre; educarlo, politizarlo y organizarlo para pueda ser parte activa en la solución de los problemas que lo aquejan, y una diputación tampoco es la solución. La diputación tan sólo es una herramienta para menguar un poco esas condiciones de pobreza.

La verdadera solución para que haya una distribución equitativa de la renta nacional y abatir en serio a la pobreza, es imperativo que el pueblo se organice y se decida a luchar por el poder político de nación. Los antorchistas hemos luchado 40 años contra la pobreza, y muchos de esos años han sido sin ocupar cargos públicos, es decir, sólo con la fuerza del pueblo organizado que quiere mejores condiciones de vida, y ha decidido luchar por ello.

Respecto al argumento de querer “sacar Antorcha Campesina -del distrito- de Ajalpan”, atacando al actual diputado Lisandro Campos –reconocido dos veces como mejor diputado-, y a la actual candidata a ese cargo, Edith Villa Trujillo, se equivocan en su estrategia, porque ni Lisando ni Edith son Antorcha, Antorcha son todas aquellas personas con deseos de una mejor vida y que lucha por mejorar su entorno.
El único medio eficaz y viable para sacar a Antorcha del distrito, es acabando de raíz con la pobreza; cuando eso suceda, nosotros nos marcharemos por nuestro propio pie. Hasta entonces, seguiremos luchando a lado del pueblo pobre y trabajador del distrito XVI.

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