La Filosofía es un rescate del saber y un gran aporte a la cultura: Luis Balcárcel

BUAP. 7 de septiembre de 2015.- En un marco de reformas universitarias y el crecimiento de la oferta educativa de la entonces Universidad Autónoma de Puebla, ahora BUAP, el anhelado sueño de sistematizar el estudio de las humanidades en la Ciudad de los Ángeles vio la luz, pues tras años de postergación del proyecto, un 5 de abril de 1965 se creó la Escuela de Filosofía y Letras. Así, las carreras de Psicología, Letras, Filosofía e Historia trazaron los nuevos rumbos del saber en las humanidades.

Hoy la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) es una unidad académica consolidada con cinco licenciaturas (Filosofía, Historia, Lingüística y Literatura Hispánica, Antropología Social y Procesos Educativos) y ocho posgrados (cinco maestrías y tres doctorados).

En cinco décadas, esta unidad académica ha demostrado que las humanidades deben ser la respuesta a incógnitas y acontecimientos de la sociedad contemporánea. “Es un rescate del saber y un gran aporte a la cultura”, sostuvo José Luis Balcárcel Ordóñez, cofundador de la FFyL, quien conversó acerca del contexto de creación y actual importancia de esta facultad.

-En 1965, ¿cuál era el panorama de la Filosofía en México y qué factores detonaron la creación de la Escuela de Filosofía y Letras en Puebla?

-En esos años, la Filosofía en México realmente era avanzada, puesto que se estaba al tanto de lo que se hacía en el mundo. En congruencia con los ideales filosóficos y tomando como antecedente el trabajo realizado en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo por Eli de Gortari, quien dio impulso y auge a la Filosofía en el país, Joaquín Sánchez Macgrégor fundó la Escuela de Filosofía y Letras en la UAP.

No obstante, su creación generó adversidad por parte de algunas personas que veían en la Filosofía una serie de ideas totalmente fuera del contexto social. Así se hizo un movimiento en contra de la escuela, pero la participación de su fundador y de algunos académicos, como Angelo Altieri Megale, defendieron este centro de enseñanza.

A 50 años de su fundación se celebra un trabajo duro y de gran reconocimiento. Lo digo en el sentido de que la gente se ha percatado de la importancia que tiene la Facultad de Filosofía y Letras, por lo tanto estamos en presencia de ese interés.

-¿Por qué se consideró a la Filosofía como un factor de riesgo?

-La Filosofía busca soluciones o al menos sugiere posibilidades de entender mejor ciertas situaciones, aunque lo anterior no se lleve a cabo por deformaciones de la propia disciplina. Comúnmente se piensa que la Filosofía no tiene a su cargo ese trabajo y sí, lo demuestra la práctica de la misma. Por consiguiente, parte del papel del filósofo es opinar; la denuncia no sólo es de carácter político, sino teórico en general.

Entonces, la Filosofía podría transformar los modos de pensamiento y análisis de la sociedad y poner a México al tanto de lo que ya se hacía en el mundo. Estudiar Filosofía, hasta ese momento, era una cuestión improvisada y la fundación de la escuela tuvo por objeto sistematizar las formas de pensamiento.

Naturalmente que esto a los trasnochados, como se dio en el caso de la práctica, les molestaba y querían mantener el dominio de una serie de creencias que sustentaban contrarios al razonamiento. Si el razonamiento es producto del ser humano, había que estar en contra de eso, porque era la búsqueda de la razón y de las verdades sociales, políticas y científicas. Ese era el propósito de la Escuela de Filosofía y Letras.

-¿Qué ideas y grupos académicos alentaron la creación de la Escuela de Filosofía y Letras?

-La planta académica se conformó por gente profesional de la Filosofía que encontró asilo en esta escuela, ya que eran rechazados por una serie de improvisados que con anterioridad manipulaban a la sociedad.

Entre esos rechazados estuve yo. Recordó con nostalgia, la mirada en el pasado.

Yo venía de inaugurar con el doctor Eli de Gortari, quien había sido mi maestro, la Filosofía como ciencia investigadora en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Sánchez Macgrégor quiso hacer algo semejante e inmediatamente la oposición a la sabiduría logró cerrar momentáneamente la escuela. Gracias al empeño de Sánchez Macgrégor, esta unidad académica logró sobreponerse. Yo no pude estar después, porque fui obligado a abandonar Puebla.

-¿Quiénes conformaban la planta académica?

Éramos poca gente. En mi caso y el de Juan Brom para Historia, los cesados en Morelia fuimos los que iniciamos el estudio de la Filosofía en Puebla, junto con Sánchez Macgrégor. Es tan sencilla esa colaboración de mi parte, en respuesta al interés de Joaquín Sánchez Macgrégor, que no se proponía más que poner al día a Puebla en aspectos filosóficos.

-En el país, ¿existía un auge de esta disciplina?

En el mundo sí y en el propio México. El país se había enriquecido con la llegada de grandes maestros españoles, daban gran auge a la Filosofía; ellos eran nuestros maestros.

-A 50 años de la fundación de la actual Facultad de Filosofía y Letras, ¿cuáles son sus avances y fortalezas?

-Hay un gran desarrollo en docencia, transferencia de información filosófica en interpretaciones propias de investigadores y docentes que se produce aquí en la facultad. Es decir, aportes muy valiosos para la sociedad mexicana, lo cual puede apreciarse en el interés de aspirantes de otros estados y países que eligen a esta unidad académica para estudiar. El servicio se presta de forma valiosa, irrenunciable y de necesario reconocimiento.

-En un mundo mediado por la tecnología ¿por qué es importante retornar a la Filosofía?

-Cada día es más necesario el aprendizaje sistemático de las humanidades, porque es un rescate del saber históricamente logrado que viene a México y es un gran aporte que se le da a la cultura no sólo mexicana, sino latinoamericana y en términos generales, mundial.

Termina la entrevista. José Luis Balcárcel, quien cumplió cinco décadas de docencia en la UNAM, se marcha. Su sombra persigue un lento caminar.

A 50 años de distancia, las palabras de Joaquín Sánchez Macgrégor aún recorren pasillos y salones: “La Escuela de Filosofía y Letras procura darles un nuevo sentido a los valores hoy en crisis, a sabiendas de que sin ellos pueden sobrevivir el colapso de la cultura e, incluso, del género humano”.

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