En julio se prevé que la inflación crecerá a 8.1%, mal augurio para los mexicanos en 2022

En julio se prevé que la inflación en 2022 crecerá a 8.1%, mal augurio, seguro la inflación general rebasará el 10% y la alimentaria rondará cerca del 15% a causa del nulo crecimiento que tendremos, 0% del PIB 2022, mismo que parte de la historia de llevar 6 de 12 trimestres del actual Gobierno con decrecimiento.

Ése es el saldo del llamado periodo neoliberal en México, que arrancó en 1982 con Miguel de la Madrid con su modelo de “Reconversión Industrial”, que no otro que el de privatizar más de 800 empresas públicas de distintos tamaños y giros, obedeciendo la consigna de los organismos internacionales de que el país debería tener un Estado esbelto y el Gobierno debería abandonar su participación en la economía nacional para dar paso a la inversión privada, nacional y extranjera.

Con Salinas de Gortari se firma el TLC y se sientan las bases del modelo neoliberal globalizador en nuestro país. Viene a cuento este pasaje de nuestra historia a la que tanto alude la actual administración para llamar la atención en el desarrollo económico obtenido con esta política económica cuyo promedio máximo fue de un mediocre 2% PIB.

Una República como la nuestra, cuyo principal capital es el humano, al contar con un bono demográfico que ofrece pujanza y fortaleza por su juventud; una geografía envidiable con una frontera compartida de más de 3 mil km con la primera economía del mundo; cuantiosas reservas petroleras y minerales; sumas millonarias de remesas enviadas por los más de 30 millones de migrantes en los EEUU y la cereza del pastel, los polos de atracción turística de clase mundial que nos distinguen y dan vida a una boyante industria turística.

La suma de esto hacía flotar en el ambiente una interrogante en la población durante los comicios presidenciales del 2018: por qué si México cuenta con todas esas fortalezas que le debieran traducirse en desarrollo económico, no podía crecer ni desarrollar su economía, qué maleficio nos condenaba al mediocre 2% del PIB.

La respuesta no se hizo esperar, 33 millones de votantes al unísono sufragaron por un mandato único, a favor de la modernidad, el crecimiento nacional  en contra de la corrupción e impunidad.

Llevamos 6 de 12 trimestres del actual Gobierno con decrecimiento, más de 2 años con una inflación creciente, sostenida, que hoy abate dramáticamente el poder adquisitivo de la gente en su zona hepática, la del consumo esencial de alimentos, la inflación alimentaria en la primera quincena de junio alcanzó un 11.7%, 7 de cada 10 mexicanos no cuenta con los recursos necesarios para comprar los productos de la canasta básica y 2 de cada 10, en algún grado, encara el hambre cada semana del mes.

“Esta inflación perjudica primeramente a los pobres provocando una mayor inseguridad alimentaria a causa de un nulo desarrollo económico. La economía de México cerrará el 2022 con 0% del PIB y todos los pronósticos indican que esta tendencia negativa se mantendrá en el 2023 y se consolidará en 2024”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC

Lamentablemente todo parece indicar que se perderá esta valiosísima oportunidad, el corolario de esto es que la apuesta no se trataba de dar bálsamos a las heridas y moretones de la guerra neoliberal, ya que esas con tanta desigualdad ya se habían convertido en cicatrices y tatuajes. El mandato del 2018 era avanzar hacia la modernización nacional a paso rápido con un Gobierno socialdemócrata de centro, capaz de tejer una transición a la española, que nos permitiera al final del día salir de la mediocridad económica neoliberal que nos asfixiará por más de 40 años y por fin crecer más del 2% del PIB.

En la algarabía inicial del actual mandato se llegó a establecer un compromiso de crecimiento de al menos un 4% del PIB; sin embargo, la rendición de cuentas nos quedará a deber. Falta mucho por hacer para lograr el desarrollo económico nacional que necesitamos y merecemos, pero falta mucho más para lograr entender cabalmente los por qué de nuestro estancamiento. Vivimos un dejavú, de nueva cuenta una historia al revés. Lo que crece es la inflación y no el PIB.

Foto: Internet

 

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