Milenio
Buenos Aires • La presidenta argentina Cristina Kirchner fue dada de alta este domingo, a cinco días de ser operada por un hematoma en la cabeza, pero deberá permanecer 30 días en reposo cuando faltan dos semanas para las cruciales elecciones legislativas.
“Debido a la favorable evolución postoperatoria de la Presidenta se ha decidido el egreso hospitalario en el día de la fecha”, indicó el parte médico de la Fundación Favaloro, una sanatorio privado de Buenos Aires donde la Jefa de Estado fue intervenida el martes.
Kirchner, de 60 años, salió de la clínica a las 13:50 hora local (16:50 hora GMT) en un auto oficial de vidrios oscuros que partió raudamente rodeado por la custodia oficial. Decenas de militantes saludaron con banderas y cánticos el paso del vehículo a la salida de la clínica, en el centro de la Capital a unos 400 metros del Congreso.
Según el último parte médico, bastante más detallado que los ofrecidos estos días, Fernández “continuará con estricto control clínico-cardiológico, neuroquirúrgico y neurológico” por parte de los profesionales que la atienden, entre ellos los de la Unidad Médica Presidencial. A la mandataria se le retirarán los puntos de sutura en díez días y se le realizará una “neuroimagen de control”.
La presidenta deberá permanecer bajo “estricto reposo por 30 días y evitar el traslado aéreo hasta la próxima decisión médica”, agregó el informe, por lo que se quedará en la residencia oficial de Olivos, en la periferia norte de Buenos Aires. “Sigue con excelente ánimo y recuperación constante”, afirmó el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro.
La presidenta fue operada el martes pasado para extraerle un hematoma de la cabeza, a raíz de un golpe recibido accidentalmente hace dos meses cuando juntaba regalos de su nieto Néstor Iván, hijo de Máximo (36 años), pero que le fue detectado el 5 de octubre.
El diagnóstico médico le obligó a suspender todas las actividades de campaña en vistas a las legislativas del 27 de octubre, que la tenían como protagonista casi excluyente dentro del oficialismo con la idea de revertir el resultado adverso de las primarias del 11 de agosto.
Unos 30 millones de argentinos están llamados a votar para renovar la mitad de la cámara de Diputados y un tercio del Senado, en comicios en los que el gobierno pone en juego su mayoría parlamentaria para los dos últimos años del segundo mandato de Kirchner.
En las primarias, el oficialismo perdió frente a diferentes fuerzas de oposición en distritos claves, entre ellos la estratégica provincia de Buenos Aires, histórico bastión peronista. No obstante, el gobernante Frente para la Victoria, única fuerza con representación en todo el país, se mantuvo como la más votada con el 26%, aunque lejos del 54% que obtuvo Kirchner al ser reelegida en 2011.
El episodio de salud presidencial debe tener un impacto político mínimo en las legislativas, según una encuesta de la consultora Poliarquía, publicada este domingo en el diario La Nación.
La realización del sondeo se basa en lo que ocurrió en las elecciones presidenciales de 2011, un año después de la muerte de Néstor Kircher, esposo de la mandataria y ex Jefe del Gobierno argentino, que generó una ola de empatía hacia Fernández y ayudó a la recuperación de su imagen, explica La Nación. En esas elecciones, la presidenta obtuvo el 54 % del los votos con los que ganó un segundo mandato.
Ante la pregunta si “podría llegar a cambiar el voto que tenía pensado debido al problema de salud de Kirchner”, un 95% de los consultados respondieron que “no” y sólo el 4% lo hizo positivamente.
Asimismo, un 77% cree que esta situación “no tendrá impacto” a favor o en contra de los candidatos del oficialismo; un 13% piensa que los beneficiará y un 6% que los perjudicará. El sondeo está basado en 1,500 consultas telefónicas hechas entre el lunes y viernes últimos, en 40 centros urbanos de más de diez mil habitantes, y con un margen de error de 3.33 puntos.
“La sociedad no le dio gran trascendencia al episodio. Una amplia mayoría no lo considera grave y cree que la Presidenta se recuperará bien y pronto, y que no le traerá problemas en su capacidad de gestionar el futuro”, analizó Alejandro Catterberg, director de Poliarquía. La presidenta volverá a trabajar en 30 días y podrá gestionar normalmente, opinaron el 61% de los encuestados.
Además, un 88% no modificó la imagen que tenía de la Presidenta, a diferencia de lo que había sucedido tras la muerte en 2010 de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner (2003/2007), que tuvo un impacto positivo en la popularidad de la jefa de Estado, que luego se expresó en su reelección en primera vuelta en 2011.
Pero el clima de una legisaltiva es distinto y su imagen se ve afectada por la inflación alta (25% según consultoras privadas que duplican el índice oficial), la inseguridad y denuncias mediáticas de corrupción, de acuerdo a sondeos.
Al tener que definir en una palabra el sentimiento que le genera la salud de Kirchner tras la operación, un 22% de los encuestados por Poliarquía respondió “preocupación” mientras que 20% dijo “indiferencia”.