Durante el segundo año del gobierno de Ángel Aguirre Rivero, se han detectado diversas irregularidades, como desvíos, saldos sin explicar, obras sin concluir y contratos sin licitar.
Al analizar todas las oficinas administrativas, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) documentó 528 millones de pesos en daños al erario. Las anomalías suceden con muchos servidores guerrerenses ya que hay actos de corrupción en casi todas las oficinas administrativas sometidas a revisión, tanto en las estatales, municipales y desconcentradas.
Reportes incompletos y cifras mal calculadas en los libros de todas las dependencias que reciben fondos del gobierno federal, fueron descubiertos por los auditores, destacan la Secretaría de Finanzas, la de Salud, la delegación de la SCT en la entidad y la alcaldía de Acapulco.
Algunas anomalías aluden el mal uso técnico de los fondos, ya que se encontraban concentrados en una sola cuenta sin reintegrar los intereses a la Tesorería de la Federación. Otras son más difíciles de explicar. Es el caso de Finanzas. La dependencia que fue utilizada por varios colaboradores del hermano del gobernador y de él mismo en una trama de corrupción destapada por el gobierno federal, simplemente perdió dinero de un plumazo.
“(Se) transfirió un importe de 23 millones 575 mil pesos, a la cuenta bancaria de la Secretaría de Salud de Guerrero (encabezada entonces por Lázaro Mazón), de los cuales se desconoce su destino, debido a que no se presentó la documentación comprobatoria y justificativa correspondiente”, destacó la ASF.
Existen 24 millones más, cuyo destino es imposible de explicar. La Comisión de Infraestructura Carretera de Guerrero, otra área bajo sospecha de haber sido usada en la red de corrupción de Mateo Aguirre, usó esa cifra para pagar supuestos estudios de manifestación de impacto ambiental, técnicos y hasta “programas ambientales” de los que no existen registros.