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El gobierno de Estados Unidos estableció años atrás un centro de inteligencia en México para recolectar información sobre objetivos sensibles y al que tenían impedido acceder las autoridades mexicanas que en la administración anterior tenían una amplia colaboración con su vecino del norte, según un documento desclasificado del Departamento de Defensa estadounidense.
El memorando del Departamento de Defensa, obtenido por la organización no gubernamental estadounidense National Security Archive y divulgado el jueves, describe parte del apoyo que una oficina del Pentágono había dado al denominado “Centro de Fusión México”, con acceso exclusivo para autoridades estadounidenses y cuyo propósito era enfocarse en “blancos de alto perfil”, los cuales no son identificados.
Algunos reportes periodísticos habían hecho referencia en el pasado a la existencia en México de al menos dos centros de fusión, que son lugares donde se recoge información de inteligencia. Pero mientras se mencionaba que en esos lugares trabajaban en conjunto autoridades estadounidenses y mexicanas, el centro del que se habla en el documento desclasificado es identificado como de uso exclusivo de agencias de Estados Unidos.
El propio documento señala el posible apoyo posterior del Pentágono a uno o más centros de fusión en los que hubiese trabajos de agencias de ambos países, aunque no da más detalles.
El oficio desclasificado no especifica cuándo comenzó a operar ese centro de fusión y si aún está en funcionamiento. Tampoco queda claro si el gobierno de México tuvo conocimiento y si las agencias estadounidenses utilizaban información mexicana para generar inteligencia desde ahí o incluso si se realizaban acciones de espionaje a autoridades o figuras mexicanas.
Aunque tampoco se especifica su ubicación, el National Security Archive asume que estaría dentro de la embajada de Estados Unidos en la capital mexicana, debido a que en un apartado se establece que parte del apoyo del Pentágono es para ayudar a incrementar el ancho de banda de las comunicaciones de la representación diplomática.
La embajada de Estados Unidos en México no había respondido a una solicitud de información sobre el centro de fusión.
El vocero de seguridad del gobierno federal, Eduardo Sánchez, tampoco había respondido a llamadas hechas para conocer su opinión.