La deuda del gobierno morenovallista

Causa y Efecto/ Por José Antonio de la Vega Moreno 

Una larga lista de desavenencias gubernamentales, públicas y sociales caen sobre la espalda del gobernador poblano, Rafael Moreno Valle, justo cuando está en la agonía de su gobierno y al comienzo de su carrera presidencial.

Presos políticos, medios de comunicación maniatados, periodistas amordazados, libertad de expresión anulada, feminicidios, endeudamiento histórico, leyes inquisidoras, Ley Bala, ley de expropiación, privatización del agua, Juntas Auxiliares y municipios limitados, Congreso a modo, partidos políticos oprimidos.

De todo lo expuesto, lo más serio para el gobierno morenovallista y que afrontará dado su complejidad, es el robo de hidrocarburos, la extracción de gasolinas de las arterías de Pemex que corren por la entidad.

En la mesa de los más altos mandos gubernamentales del país, tienen marcado el aumento de robos a la paraestatal en Puebla, durante el Gobierno de Rafael Moreno Valle, con un 836 por ciento de acrecentamiento de las tomas clandestinas ubicadas por Petróleos Mexicanos.

Aquí cabe un paréntesis para preguntar: ¿No sabía el gobernador de este hurto a la nación y mucho menos que su ex secretario de Seguridad Pública en el Estado, Facundo Rosas Rosas tuviera bajo su dirección a los principales presuntos chupa ductos?

Lo que tendrá que exponer, Rafael Moreno Valle, ante altas autoridades federales, si lo sabía, por qué su omisión y si no lo sabía por qué no actuó en consecuencia contra su secretario de seguridad.

A Moreno Valle pese a todo su campo minado que él mismo se encargó de construir, el más fuerte es el robo del hidrocarburo y lo sabe.

El robo de hidrocarburos creció 863 por ciento, de acuerdo con los registros de tomas clandestinas identificadas por Pemex, en cuyos delitos están involucrados altos funcionarios del gobierno panista.

Hay un dato que no hay que perder de vista –según un recuento de la Jornada de Oriente- en 2010, el último año de gobierno del priista Mario Marín Torres, se registraron 49 tomas clandestinas, casi cinco años después, al corte del 19 de agosto de ese año, sumaron un total de 472 tomas clandestinas detectadas, y aún falta por reportarse cuatro meses y medio, por lo que se prevé que la cifra siga creciendo en este año.

Los municipios de Quecholac y Acajete reportan un robo cada dos días, mientras que en Palmar de Bravo es donde se han registrado enfrentamientos entre grupos armados y elementos del Ejército mexicano.

En lo que va del año, se han reportado 95 tomas clandestinas, siendo el 3.1 tomas por día en promedio, por lo que Puebla es el tercer estado con más tomas clandestinas en el país, sólo por debajo de Tamaulipas y Guanajuato.

Según el diario Excélsior, se eleva hasta 511 el número de tomas clandestinas en Puebla al cierre de agosto, y plantea que a nivel nacional el delito repuntó 51 por ciento en el último año, mientras que en Puebla el incremento sería de 171 por ciento al comparar el periodo enero–agosto de 2014 y 2015.

Ahí los datos que se le vendrán encima a Rafael Moreno Valle Rosas, justo al final de su sexenio y al inicio de su carrera presidencial.
Al tiempo.

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