Excélsior
CIUDAD DE MÉXICO, – Eulalio López Zotoluco fue el triunfador de la segunda corrida de la temporada en la Plaza México, donde cortó una oreja en su presentación 70 en este recinto, que ayer vio toros de Julián Handam que dejaron mucho que desear a la afición.
Zotoluco se lució con el primer astado para conseguir la oreja 62 desde que se presentó en la Plaza México, el 26 de noviembre de 1989. Ha logrado también un rabo y un indulto en el coso.
El matador capitalino tuvo un toro noble, aunque con falta de empuje y fuerza, pero la elegancia de Eulalio López fue el mejor argumento hasta que llegó el momento de colocar la espada y el juez le otorgó el apéndice y para el recuerdo se quedó la petición de la segunda.
La tarde era del Zotoluco, quien incluso, tras el paseillo, fue obligado por el público, poco más de media entrada, a saludar.
62 orejas
ha cortado Zotoluco en la Plaza México
El cuarto de la tarde generó la protesta de la afición, un toro carente de trapío fue devuelto al corral.
Salió entonces un ejemplar de Celia Barbabosa, y Zotoluco presentó una faena corta y deslucida que no le mereció premio. Recibió silencio.
El español Morante de la Puebla se lució con verónicas y chicuelinas en el segundo de la jornada, pero tampoco tuvo un buen toro y el esfuerzo quedó en vano y salió en silencio.
En el quinto de la tarde el sevillano tuvo pinceladas, pero erró con la espada y se le escapó la oportunidad de conseguir algún reconocimiento. Se llevó protestas tras avisos.
El mexicano Diego Silveti también sufrió la devolución de un toro, el tercero, que fue protestado por la afición.
Salió entonces uno de Celia Barbabosa, deslucido hasta que terminó fallando en dos ocasiones con el acero.
En el sexto de la tarde, Silveti tuvo que lidiar con lluvia, que había comenzado desde el segundo astado que le tocó a Morante de la Puebla.
Aun así, el mexicano se esforzó y generó emociones entre el público, pero nuevamente falló en la estocada y se escapó la posibilidad de cortar una oreja.
La ovación fue apenas el consuelo para el diestro nacional que, incluso, llegó al llanto tras haber fallado en la última etapa de una faena que previamente dedicó a su abuela.
Al final, cuatro toros provinieron de la ganadería de Julián Hadam, mientras que el tercero y cuarto fueron de Celia Barbabosa. Todos con escaso trapío.