Durante asuntos generales de la Sesión Ordinaria en el Congreso del Estado, el diputado Héctor Alosnso Granados y Eric Cotoñeto Carmona protagonizaron la trifulca donde se dijeron que eran unos cabrones y hasta pendejos. Durante 5 minutos en el pleno se vivió un clima de lunes por la noche como el de la Arena Puebla.
Todo comenzó cuando el diputado Héctor Alonso Granados hizo uso de la palabra en la tribuna para exigir al perredista Cotoñeto Carmona que se disculpará por los hechos en semanas pasadas por la aprobación de la reforma energética en el Congreso local donde varios diputados habían sufrido agresiones por vándalos enviados por el también dirigente estatal.
“Exijo una disculpa por parte del líder estatal del PRD por enviar a sus pandilleros a violar mis derechos humanos ya que sufrí golpes y robo de mi reloj por parte de integrantes perredistas”, aseveró el aliancista.
En su respuesta el diputado y líder estatal del Sol Azteca en Puebla Eric Cotoñeto Carmona, le echo en cara a Alonso Granados que era un diputado con doble moral, le dijo que como se atrevía a subir a la tribuna y exigir disculpas cuando él era un diputado que le pegó a un reportero y discriminó a un asesor de Movimiento Ciudadano por ser homosexual.
Por lo anterior el aliancista se puso de pie y le dijo a Cotoñeto que era un naco y que se callará, por lo que se encendieron los ánimos y se dijeron dos o tres ofensas, todas desde lejos sin darse un solo rasguño.
Durante el enfrentamiento entre legisladores en los visitantes al poder legislativo le abucheaban al aliancista por ser prepotente y tener complejos de inferioridad y tratar prepotentemente al periodista y al asesor, por lo que le aplaudieron a Cotoñeto Carmona sacarle sus trapitos al sol.
Una vez sentados cada quien en su curul volvieron a amenazarse y ninguno se mostró con miedo pues dijeron que a la salida del recinto legislativo se darían su madrina.
Alonso Granados le dijo al perredista “no te tengo miedo pendejo” y Cotoñeto le respondió que era un pendejo y como el quisiera que a la salida lo esperaba.
Finalmente, todo quedó como pelea de secundaria pues solo se retaron y nadie se atrevió a jalarse ni un solo cabello, es más ni siquiera se rasgaron las medias, mientras a quienes presenciaron la pelea de palabras se quedaron con un buen sabor de boca ante el cierre de actividades de la LVIII legislatura.