El comandante de la OTAN, el general estadunidense Philip Breedlove, condenó hoy en Kiev el despliegue de misiles rusos en la península de Crimea, que pasó en marzo de Ucrania a Rusia, al considerarlo una amenaza para los países del mar Negro.
Breedlove se mostró, sin embargo, evasivo sobre una eventual integración de Kiev en la Alianza Atlántica, que las autoridades prooccidentales ucranianas intentan reactivar tras las pérdida de Crimea y una parte de la cuenca minera del Donbass, en el este de Ucrania, controlada por los separatistas prorrusos.
“Estamos muy preocupados por la militarización de Crimea”, declaró el general estadunidense en una rueda de prensa en Kiev, donde dijo temer un despliegue de armas nucleares, algo que conviene “vigilar”. “Los equipamientos que están siendo instalados en Crimea […] los misiles de crucero y los misiles antiaéreos son capaces de tener a su alcance toda la región del mar Negro”, añadió.
En las últimas semanas, Rusia ha reforzado su presencia militar en Crimea, donde decidió sobre todo reabrir una estación de alerta antimisiles. Asimismo, Moscú dedicará más de 1,750 millones de euros antes de 2020 al desarrollo de su flota del mar Negro. Una fuente militar anunció también hoy a la agencia de prensa rusa TASS el despliegue de catorce cazas en esta península, donde Rusia dispone de una base militar aérea renovada. La escuadrilla contará con 30 aparatos en total.
Una adhesión “muy difícil”
Tras reunirse con el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, y su primer ministro, Arseni Yatseniuk, que han convertido la adhesión a la OTAN en una prioridad, el general Breedlove destacó que la Alianza Atlántica no busca nuevos miembros, sino que “son ellos los que buscan unirse a la OTAN”. “Tenemos que tener la mente suficientemente clara para darnos cuenta que esto podría preocupar a la otra parte”, destacó en una referencia evidente a Rusia.
Los ministros de Relaciones Exteriores de los países de la OTAN deben abordar el 2 de diciembre en Bruselas la situación en Ucrania en presencia de sus homólogos ucraniano y estadunidense, según un responsable de la Alianza. En este contexto, incluso los socios más fieles de Kiev se muestran escépticos sobre una eventual adhesión de Ucrania.
La responsable del departamento de Estado norteamericano encargada de los asuntos europeos, Victoria Nuland, declaró el miércoles en una entrevista al portal ruso de información Meduza, que Ucrania tendría “muy difícil” adherirse a la OTAN.
Esta perspectiva crispa a Moscú, que quiere mantener a Ucrania en su órbita de influencia y desmiente cualquier implicación en el conflicto en el este, donde murieron más de 4,300 personas desde el lanzamiento de la ofensiva militar ucraniana a mediados de abril.
Las autoridades estadunidenses rechazan apoyar a Kiev con armas letales, como solicitan las autoridades ucranianas, si bien desplegarán unos 150 blindados en varios países miembros de la OTAN, entre ellos, los de Europa del Este. Kiev, por su parte, afirmó el miércoles que varias decenas de camiones con hombres y artillería atravesaron la frontera rusa rumbo al este separatista.