Palabra Libre Por Juan Carlos Lastiri
El sábado 13 de Junio el Señor Presidente, Enrique Peña Nieto, tomó parte en la sesión de clausura de los trabajos de la FAO sobre combate al hambre y seguridad alimentaria, mismos que se llevaron a cabo en Italia. En su discurso el Presidente hizo varias reflexiones que sería bueno compartir en el contexto de los avances de nuestro gobierno.
Cuando en México se hace referencia al avance que se tiene en el marco de los Objetivos del Milenio quizá el más representativo, y premiado por la FAO, sea el que tiene que ver con el combate al hambre. La estrategia que acompaña esta lucha, la Cruzada Nacional Contra el Hambre (CNCH), ha sido efectiva, de acuerdo al Presidente, porque se trazó un objetivo claro, un número de personas a quién debía atenderse. No se fue ambiguo, no se dijo vamos a acabar con la pobreza en este sexenio, se dijo claramente que en materia social se buscaba acabar con el hambre y tantas personas la padecen. Es decir se reconoció un problema y se decidió atacarlo, lo que hoy tiene resultados que se mencionaron en este foro.
A decir del Presidente Peña, la CNCH ha generado en dos años y medio que 4.3 millones de personas reciben el apoyo de al menos uno de los programas que componen esta estrategia; cuatro mil 300 comedores comunitarios atienden cada día a más de 430 mil beneficiarios, niños, mujeres embarazadas y en lactancia, adultos mayores y personas con discapacidad. Más de 730 mil familias cuentan con una tarjeta denominada Sin Hambre, que les permite adquirir productos básicos a precios preferenciales.
Adicionalmente, como una iniciativa de cooperación de México con los países de Centroamérica, lanzamos la iniciativa: Mesoamérica Sin Hambre, para hacerle frente a este flagelo. El proyecto cuenta con un financiamiento inicial de tres millones de dólares, aportados por México, y en él participan El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, en una primera etapa. Y en el segundo semestre de 2015 se lanzará en Belice, Colombia, Costa Rica y República Dominicana. A través del programa PROSPERA se han reforzado estos resultados ya que hoy gracias a éste se atienden más de 6.1 millones de familias en situación de pobreza extrema para que, una vez superada esta condición, se integren a la vida productiva de nuestro país. Además, la proporción de niños menores de cinco años que padecía hambre, también ha disminuido de manera significativa, lo que nos ubica en condiciones para cumplir esta meta. Así, tal parece que por primera vez, en muchos años, los indicadores de resultados muestran que la estrategia parece ir en rumbo correcto.
Pero el Presidente Peña hizo énfasis en algo que no muchos observamos pero que incluso, para los estudiosos del tema de la planeación estratégica, es una verdad cuando se aplica a las políticas públicas, sin voluntad política cualquier intención al final sólo es eso, buena intención. En palabras de nuestro mandatario “sí es posible reducir la pobreza extrema y la desnutrición de manera acelerada, sustancial y sostenida. Para lograrlo, es imprescindible que haya voluntad política, una clara identificación de la población objetivo, así como de una estrategia integral que sume recursos y acciones en su favor. El primer paso, insisto, es reconocer que tenemos un problema y asumir el compromiso político de hacerle frente, eso fue, precisamente, lo que hemos hecho en México”.
Así entonces la voluntad es ese intangible que no es un puente, un camino o algo visible que nos permita olvidarnos de los ciudadanos y seguir en el entendido que una obra es un buen gobierno. El mundo de la política ha evolucionado y ante las presiones sociales y financieras que cada día son más fuertes para satisfacer las demandas de las personas para las que se gobierna, se entiende que, lograr una gestión que privilegie la voluntad política y una buena planeación estratégica, es el camino para fortalecer a los países y a sus democracias. Como sociedad debemos evolucionar hacia este entendimiento, estamos en el proceso, pero es claro que los resultados de estos insumos no visibles no se pueden ocultar, a lo menos eso indican la CNCH y todas las reformas logradas en este Gobierno, que cuentan con el aval y reconocimiento de las más importantes organizaciones internacionales líderes en la materia.