Palabra Libre / Por Juan Carlos Lastiri
Los procesos naturales que los seres humanos seguimos nos hacen saber que el futuro de lo que hemos construido como sociedades se entienda siempre en función de las generaciones futuras, las que están por llegar y las que ya existen que son, los niños.
Un factor que se considera crítico para moldear buenos sucesores, en la forma que sea, es la educación ya que a través de ella se obtienen valores y habilidades que en el futuro permitirán el desarrollo óptimo de las personas en sociedad. Y los mexicanos siempre hemos estado conscientes de esta realidad, tanto que es un mandato constitucional la educación laica y gratuita en nuestro país.
Pero la educación es un tema que no sólo requiere de un aula y un profesor para desarrollarse, es multifactorial y en este sentido se sabe que las condiciones de pobreza y vulnerabilidad hacen que las personas no tengan incentivos para educarse y esto, los condena a algo que es parte de lo que se conoce como los círculos viciosos de la pobreza.
Es por esto que en nuestro país el combate a la pobreza, desde hace algunos años, viene acompañado de acciones por parte de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) que apoyan la educación desde el ámbito de buscar asegurar ingreso y alimentación que permitan a los estudiantes asistir a la escuela y aprovechar sus clases.
A través de PROSPERA, programa de inclusión social, la SEDESOL genera un esquema de becas, ingreso líquido, que apoya a las familias para que impulsen a sus hijos a estudiar. En promedio, una familia recibe mil 800 pesos cada dos meses, de los cuales 845 pesos corresponden al apoyo alimentario y 955 pesos son un apoyo a la educación.
Este programa opera a través de un esquema de corresponsabilidad donde alumno y maestro son indispensables ya que, el último es quien está encargado de certificar la asistencia del primero y así, liberarles sus recursos. Sin embargo, tal parece que este esquema había generado algunos vicios en donde ya no se condicionaba la firma, para liberar el recurso, a la asistencia de los alumnos, sino a otras actividades de apoyo al sindicato magisterial de la sección 22.
Por lo que esta semana fue anunciado por la titular de la SEDESOL, Rosario Robles Berlanga, que se liberaba al Estado de Oaxaca del esquema de corresponsabilidad. La decisión adoptada por el Comité Técnico de Prospera Programa de Inclusión Social, de exentar a los beneficiarios en el estado de Oaxaca de la certificación de asistencia escolar, se da porque no se puede permitir que una obligación que tiene la familia para beneficio de sus integrantes, se convierta en una manipulación perversa, en un abuso a las necesidades de las familias más pobres de México.
Se han identificado plenamente a las familias amenazadas por estos condicionamientos, las cuales eran presionadas para participar en protestas y movilizaciones a cambio de la firma de asistencia a clases de sus hijos, necesaria para recibir los beneficios de Prospera, desvirtuando completamente el objetivo del programa y vulnerando los derechos de los titulares y de los niños. El Gobierno de la República es claro con esta medida, no se puede permitir que grupos traten de utilizar a los beneficiarios de Prospera como capital político para sus propios intereses.
Es obligación de Prospera empoderar a sus beneficiarios como sujetos de derechos, como individuos y ciudadanos libres, que reciben apoyos económicos por una obligación del Estado de atender y combatir la pobreza, no como una dádiva o moneda de cambio de la política. Con esta acción se asume el deber de impulsar el desarrollo de las familias y asegurar un mejor futuro para las nuevas generaciones.
Por ningún motivo se puede permitir que los beneficiarios dejen de recibir los apoyos a los que tienen derecho, porque Prospera es de sus beneficiarios y las transferencias que reciben no están ni estarán sujetas a intereses políticos.