La Afición
Se acabó. El peor torneo en la historia de Pumas llegó a su final con un toque de heroísmo, pero con el aviso de que la planeación que permita, en el futuro inmediato, evitar otro semestre tan bochornoso ya está en marcha. Ayer, Universidad rescató un empate a dos goles con Cruz Azul. Un resultado, que, sin embargo, no le priva de ocupar el último lugar de la tabla general.
Lo ocurrido en Pumas en los últimos meses vio su conclusión como una de las peores etapas en la historia de este club. Las decisiones directivas, que poco a poco fueron diezmando al equipo en lo deportivo, arrojaron números lapidarios, ante ellos, el plan de acción exige acciones concretas y contundentes.
Pasará tiempo para que esto se olvide, pero en el futbol, el mismo tiempo exige respuestas rápidas. Ya no sirve de nada lamentarse por la mala planeación deportiva que se ha ejecutado desde la llegada de Jorge Borja a la presidencia. Eso sí, debe quedar la enseñanza de que no se puede volver a confiar el mando del equipo ni a directivos novatos, y mucho menos a entrenadores que no gocen de fogueo en la trinchera profesional.
Pumas rescató un empate a dos, con goles de Nieto y Ramírez
Se debe aprender que las inversiones en refuerzos de buen prestigio no garantizan el éxito deportivo, que debe existir un proyecto deportivo sano, que busque involucrar y cohesionar a todos los niveles, a fin de armar una entidad competitiva. Así lo ha entendido Mario Trejo, el actual vicepresidente deportivo ha iniciado la reestructuración del equipo con el anuncio de los jugadores que dejarán el club.
El plan de reorganización ya está en marcha, Luis García, Ariel Nahuelpán, Robin Ramírez, Cándido Ramírez e Ignacio González —todos refuerzos contratados de Alberto García Aspe— no entran en el mismo para el siguiente torneo. La idea de la directiva contempla reforzar la delantera, una zona en la que el equipo fue incapaz de carburar en el recién concluido Apertura 2013.
Estos jugadores se marchan no porque sean los más malos que hay dentro del club, sino porque, quizá, su adaptación a la dinámica del plantel no se llevó a cabo de la manera deseada. Incluso podrán ser vistos como víctimas, considerarse injusta su salida, pero la suerte ya está echada; ahora queda esperar que los refuerzos que lleguen en los próximos días o semanas, revitalicen un club que se ha desgatado.
Mario Trejo tiene claro que José Luis Trejo es el hombre ideal para reivindicar el nombre de la institución, el entrenador que haga de Universidad un equipo que transmita alegría y sea competitivo, que no pare de correr y morder a sus rivales, que anote goles y celebre triunfos en casa. Sensaciones que este torneo la gente no pudo degustar en el Estadio Olímpico.
El vicepresidente deportivo entiende que las decisiones tomadas (la primera, la elección de José Luis Trejo, la segunda la lista de bajas y la tercera, los jugadores que se incorporarán) empezarán a ser cuestionadas desde ya. A él le compete, junto con el entrenador, la confección de un plantel que recupere el espíritu maltrecho en los últimos meses.