Cafeterías convertidas en plantas de ingresos, hospitales de campaña, cancelación de cirugías no urgentes: la situación de los hospitales españoles ya es peor que en los momentos más críticos de la segunda ola de la pandemia de covid, a principios de noviembre.
El martes el ministerio de sanidad ha notificado 84. 287 nuevos positivos, el mayor incremento en un fin de semana en toda la pandemia.
“El sistema sanitario no va a poder asumir esta ola”, dice María José Campillo, portavoz de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). “Pueden poner camas donde sea, pero hacen falta sanitarios que las atiendan y no habrá suficientes. Debería haber un confinamiento para frenar esta ola o nos veremos como en la primera”, asegura. “Vemos llegadas masivas al hospital. Como decía un compañero, cada minuto ves más y más test positivos que ingresan. Y todo con un profundo agotamiento del personal”, añade María José García, portavoz del sindicato de enfermería Satse.
Álvaro Castellanos, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), cree que hay “un riesgo real de colapso”. “Desde finales de diciembre los ingresos están aumentando de forma casi exponencial”, sentencia. Todo dependerá de si en pocas semanas esta curva que sube sin parar se frena. “De momento, estamos pudiendo acomodar a todos los pacientes que llegan, teniendo en cuenta que ya hemos sobrepasado [en la mayoría de los hospitales valencianos, donde él trabaja] el 100% de la capacidad normal de las unidades de cuidados intensivos. Estamos en un 90% si tenemos en cuenta todo lo que se transforma en UCI, como camas de quirófanos”, añade. Esto es lo que no permite que se puedan realizar otras intervenciones.
Con información de El País