Los equipos de rescate luchan este jueves contrarreloj en el norte de Japón para encontrar supervivientes entre los escombros de las casas destrozadas por el fuerte sismo que provocó corrimientos de tierra y causó al menos nueve muertos.
Además de las nueve personas fallecidas, unas 300 resultaron heridas.
Unas fotografías aéreas mostraban montañas literalmente partidas en dos por impresionantes corrimientos de tierra que arrancaron todos los árboles de la ladera y sepultaron casas enteras.
Militares de las fuerzas de autodefensa llegaron a la zona para participar en las operaciones de rescate. Estaba previsto movilizar a unos 25 mil efectivos.
“Vamos a esforzarnos lo máximo para salvar vidas”, declaró el primer ministro, Shinzo Abe, tras una reunión de crisis.
El sismo, de una magnitud de 6.6, se produjo a unos 62 km al sureste de Sapporo, la capital de la región de Hokkaido, norte de Japón, apenas dos días después de que un tifón causara importantes daños en la región occidental de Osaka.
Numerosos refugios se abrieron en diversas regiones afectadas.
Los habitantes de la zona de Sapporo empezaron a hacer largas colas en gasolineras y supermercados por temor a la falta de aprovisionamiento.
El sismo también causó cortes en el suministro de agua y el ejército tuvo que desplegar camiones cisterna.
Las autoridades advirtieron sobre el riesgo de nuevos seísmos. “Las fuertes réplicas se producen a menudo en los dos o tres días siguientes”, dijo Toshiyuki Matsumori, encargado de la vigilancia de tsunamis y sismos en la agencia meteorológica.
Japón se sitúa en la intersección de cuatro placas tectónicas y sufre cada año casi el 20% de los sismos más fuertes registrados en la Tierra.
Con información de MVS