En los comicios ingleses Cameron propone un referendum para separarse de la Unión Europea

Por Pascual Raúl Zárate Gil
Aquí Puebla, desde Londres PUEBLA.
En los ya próximos comicios del 7 de mayo en Gran Bretaña, los ingleses tienen la delicada tarea de decidir si aprueban o rechazan la propuesta del trascendental referéndum que les propone el primer ministro David Cameron, para preguntarles si desean continuar formando parte de la Unión Europea hasta el 2017, propuesta soportada en el ambiente de inestabilidad política, económica y monetaria prevaleciente en la Unión Europea, a pesar que la libra esterlina no forma parte de la Eurozona.

Propuesta que retoma fuerza ante el referéndum del año pasado en que logró que Escocia no se separara del Reino Unido. Para muchos observadores europeos resulta muy sospechoso que el gobierno inglés haya hecho lo imposible para evitar la separación de Escocia. Y Ahora promueva su separación de Europa, lo que provocaría una formidable sacudida a Europa, acuciada por sus problemas financieros, de recesión y deflación desde la crisis global de 2008; su cercanía a la zona caliente de guerra en Ucrania, invadida por tropas rusas; y el riesgo de que Grecia pudiera salir de la zona euro.

Los que no se pueden aún vislumbrar son los propósitos y consecuencias geopolíticas y geoeconómicas de corto, mediano y largo plazo que Inglaterra y Estados Unidos buscarían, quizás con el ánimo de establecer un nuevo orden geoestratégico mundial.

Si los británicos decidieran separarse de Europa, Estados Unidos e Inglaterra están próximos a firmar un tratado de libre comercio que compensaría lo que Inglaterra perdería en Europa. Sin embargo, lo que provoca mayor intriga es por qué y para qué meterle mayor inestabilidad a la situación europea, los aliados históricos al menos desde la Segunda Guerra Mundial.
Las cercanas elecciones se desarrollarán bajo un preocupante clima económico en el que predomina la austeridad y la desigualdad, fenómenos que crecen como en casi todas partes del mundo. Se cuestiona que los dirigentes representan más a las élites que a la población.

En aspectos macroeconómicos Gran Bretaña muestra una economía estable, con una tasa de desempleo de 5.7%, pero tiene la tasa de crecimiento económico más veloz de Europa. Los salarios son dignos, aunque el costo dela vida es elevado, especialmente en Londres que se ubica entre las urbes más caras del mundo.

Un punto clave es el aspecto comercial. El mayor aliado comercial de Gran Bretaña es la Unión Europea con cerca de 400 mil millones de libras al año, que representa el 52% de sus bienes y servicios comercializados. Claro que su salida podría equilibrarse con la firma de una serie de tratados comerciales bilaterales, como el que tiene en agenda con Estados Unidos. Un punto que puede ser decisivo en el caso del referéndum para salir de la Unión Europea.

No se puede negar el emblemático papel en la unidad europea que juega Gran Bretaña, fuertemente unidos y hermanados en los valores de defensa común creados en la Segunda Guerra.
El partido laborista, principal adversario, con Ed Miliband a la cabeza, promete que los arrendadores podrán subir la renta sólo en la proporción inflacionaria. Promete legislar para que los arrendadores deban exhibir las últimas rentas a sus arrendatarios en vías de una negociación justa al inicio de su contrato de arrendamiento. Los “landlords”, arrendadores, han generado un encarecimiento desmedido en la vivienda que se absorbe una buena parte de los ingresos, especialmente de los londinenses. Est estrategía demuestra su enfoque en el sector juvenil.

Una propuesta de estricto carácter nacional, contraria a la de David Cameron cuya visión exterior impactaría a Europa. Podría ser el inicio de la regresión del proceso de la era de la Unidad iniciada en el Tratado de Mastricht. Por eso el Financial Times afirma en sus editoriales:“el cinismo, rozando el nihilismo, es lo más cercano que tiene la Gran Bretaña moderna a una ideología nacional”. Y George Orwell suena aún más certero y visionario: “en tiempos de incertidumbre la gente está dispuesta a creer cualquier cosa”.

Si se separan de Europa recuperarían el control de sus fronteras, podrían detener el flujo migratorio proveniente de la Unión Europea que contabilizó el 27% del total de su migración neta en 2010, lo cual es altamente atractivo a los ingleses que no encuentran oportunidades de trabajo. Para la migración laboral europea sería un golpe que tendría que suplirse con la tramitación de visas laborales a los migrantes.
Otro tema sensible es qué ocurrirá con los inversionistas que podrían salir del Reino Unido, específicamente en “the City” como los bancos y financieras, que podrían afectar la estabilidad monetaria, como el caso de HSBC.

En caso que de que perdiera David Cameron las elecciones, el parlamento recobraría su soberanía pues se liberaría de algunas legislaciones y medidas que le son desfavorables. Ello resulta independiente de sus obligaciones con Corte Europea de Derechos Humanos, y los británicos saldrían afectados por la pérdida de beneficios en las legislaciones laborales y seguridad social en manos del parlamento.
Serán campañas muy arduas y competidas en las que conservadores y laboristas corren el riesgo de perder seguidores que prefieren ir tras las propuestas de partidos más radicales. El próximo mandatario tendrá que surgir de las negociaciones multipartidistas para poder gobernar.
Las encuestas ponen por ahora a los “Tories” o conservadores a la cabeza, seguidos por una mínima diferencia por los laboristas, y más atrás la ultraderecha de Ukip, los Liberales Demócratas y los “Greens” en la cola.

En Europa la preocupación es el partido de izquierda de Alexis Tsipras que se niega a reestructurar la deuda griega a cambio del mayor desempleo, baja en los salarios, reducción de las pensiones y otras medidas de mayor empobrecimiento del pueblo griego. Tsipras es miembro de una naciente y vigorosa Confederación Europea de Partidos de Izquierda renuentes a las políticas que les dictan a las naciones en problemas económicos el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo.

Las elecciones en Gran Bretaña son una buena oportunidad de ganar adeptos por los partidos “insurgentes” que buscan ser auténticos representantes de las nuevas quejas, aflicciones, demandas y necesidades del populus, a las que no responden los conservadores y laboristas acusados, como en México el PRI y el PAN, de servir a las grandes corporaciones privilegiadas.

En esa dirección van UKIP en Gran Bretaña, el Frente nacional en Francia, el Partido Libertad, holandés, los Verdaderos Finlandeses, los Demócratas Suecos, Alternativa para Alemania; y el partido de Alexis Tsipras que ganó al calor del grito popular desesperado: “no más austeridad”.

En la víspera de los comicios están en juego el futuro de las relaciones de Inglaterra con la Unión Europea, que de por sí son bastante delicadas desde la crisis financiera de 2008, y recientemente por las conflictivas negociaciones con Grecia que pueden significar su salida de la Eurozona; así como el distanciamiento evidente con Rusia por su invasión a Ucrania y las sanciones económicas que le han impuesto Estados Unidos y Europa.

¿Qué intenciones y proyectos geopolíticos y geoeconómicos con Estados Unidos hay detrás de lo que hoy David Cameron, en el poder, propone al pueblo británico? Ese es el punto clave. SALUDOS desde LONDRES.

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