La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) no puede dejar de señalar que la situación económica adversa por la que atravesamos y el flagelo de la inflación que no deja títere con cabeza y no perdona a ningún producto del mercado para encarecerlo nos explica el por qué una docena de rosas tuvo un incremento de 64% con respecto al 2022, pasando de $150.00 a $239.00; los globos decorativos, 2.90%, pasando de $100.00 a $102.73; los chocolates, 44.38%, de $70.00 a $99.00; los mini pasteles, 71.42%, de $40.00 a $68.00; los peluches de tamaño mediano, 21.71%, de $250.00 a $302.00 y las cenas en pareja, 51.61%, de $600.00 a $909.00 en promedio.
Tiempo atrás, con motivo de la celebración del 14 de febrero, Día del amor y la amistad, se puso en boga la expresión: “regala amor, no lo compres”. La connotación de esta expresión en aquellos años tenía que ver con el hecho de que por más que la gente procurara regalar cosas de valor, y bien lo podían hacer, no debían dejar de hacer lo principal, que era cultivar los afectos, los sentimientos y un amor verdadero a sus seres cercanos.
“Mucho en el espíritu de la lírica musical del famoso cuarteto de Liverpool, los Beatles, que sentenciaran que lo que el mundo necesitaba era amor, ahora en el 2023, pasada la experiencia de la pandemia de Covid-19, tan dolorosa y lacerante como fue, la sociedad quedó acalambrada y atemorizada ante lo incierto y, en esa actitud de miedo, el amor no florece. Por ello, este 14 de febrero viene a cuento y cae como anillo al dedo recordar la máxima de entender que el amor no se compra porque no tiene precio, es invaluable, es gratuito y emotivo y lo que la gente hoy en día necesita, sin lugar a duda, es volver a expresar nuestras emociones, hacer valer nuestros sentimientos y no temer amar a otro ser querido”, opinó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
Esta elevación de precios hará posible, por insolvencia más que por convicción, que la gente procure a sus seres queridos este 14 de febrero y se dé la oportunidad de conversar, recordar, imaginar y esperanzar nuevos futuros y, sobre todo, se den la oportunidad de recuperar las emociones perdidas. Lo que el mundo necesita y siempre necesitará es amor, amor y más amor.
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