El Parlamento, no el Gobierno, decidirá sobre el BREXIT

Por: Pascual Raúl Zárate Gil

Aquí Puebla, desde Londres 8 de Diciembre 2016.- La decisión finalmente fue apelada ante la Suprema Corte del Reino Unido. Se trata de la decisión de un capítulo de muchos capítulos venideros que representará la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Hace unas semanas la High Court decidió una trascendente e interesante decisión al polémico tema del Brexit. La resolución fue en el sentido que el Parlamento Británico deberá votar y ser considerado para invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, y no como lo plantea el gobierno que de manera unilateral podría hacerlo sin consultar al Parlamento. Una decisión trascendental por tratarse de una democracia parlamentaria, además de ser un ejemplo de resolver casos de manera expedita.

La decisión de la High Court referente a que el gobierno no cuenta con la potestad exclusiva de invocar el artículo 50, ha significado un duro golpe no solo para el gobierno en turno, sino además para todos los que votaron por el Sí al salir de la Unión Europea. Si bien queda claro que la estrategia, propuestas y negociaciones deberán tener un escrutinio parlamentario, esto significará un proceso más doloroso al gobierno, pues además de negociar a nivel extraterritorial, deberá hacerlo de igual manera a nivel interno. Muy parecido a las negociaciones del rescate financiero a Grecia, a pesar de tratarse de una materia distinta, lo cierto es que la formalidad o procedimiento seguramente será muy parecido.

La controversia se da entre distintos sujetos apelantes y el gobierno. Por un lado el gobierno sostiene que la decisión de dejar la Unión Europea ha sido tomada toda vez que el referéndum del 23 de Junio se ha llevado a cabo, además que el gobierno cuenta con la facultad en una prerrogativa real para notificar e iniciar las negociaciones de la salida de la Unión. Por otro lado las partes reclamantes señalan que el referéndum solo es consultativo y que la decisión de la Unión Europea no ha sido tomada pues esa decisión la debe tomar el Parlamento Británico.

En términos muy generales la controversia trata de establecer y esclarecer quién tiene la potestad para invocar el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, que establece que para poder comenzar el procedimiento de salida de la Unión será conforme la constitución de cada Estado Parte lo determine. De ahí que surge la incertidumbre pues el Reino Unido no cuenta con una constitución escrita, y por lo tanto, se deriva esta situación en saber cuál será el procedimiento conforme a la constitución no escrita. Por un lado el gobierno apela a ciertas prerrogativas que le otorga a su parecer de manera unilateral la potestad, mientras que las partes apelantes solicitan que el Parlamento tiene la potestad para invocar el artículo antes mencionado.

Es por ello que la High Court, presida por Lord Thomas of Cwmgiedd; Sir Terence Etherton, y Lord Justice Sales resolvió de forma unánime una decisión trascendental. Lord Thomas of Cwmgiedd señaló que “la regla más fundamental de la constitución del Reino Unido es la Soberanía Parlamentaria”. La decisión hace referencia a la Ley de la Comunidad Europea “European Communities Act”. La parte toral del caso es que el Parlamento tiene la facultad y deber de promulgar una ley que prive y retire varios derechos generados y otorgados por la Unión Europea, pues de tal suerte que si el gobierno activará el Brexit de manera unilateral, ello soslayaría la soberanía Parlamentaria.

Esta decisión es un claro ejemplo de la importancia del escrutinio que recae en una democracia, y más aún al tratarse de una democracia parlamentaria. Si bien el Parlamento es el único poder que tiene la facultad de otorgar y retirar derechosm a pesr que esto sonaría algo que rompiera la balanza de poderes en algunos países del derecho civil o incluso derecho común, en el Reino Unido no lo es así, inclusive el Parlamento tiene el poder de crear leyes retroactivas en perjuicio.

Característico que la decisión haya sido en el mismo sentido de manera unánime por parte de los tres jueces a. Esta decisión levantó duras críticas por un lado de la población y algunos medios, quienes llegaron a recriminar y a calificar a los jueces de traicioneros a la voz popular y anti patrióticos.

Esta historia del Brexit solo parece culminar un capítulo de muchas batallas venideras que enfrentará al Reino Unido en distintos frentes, algunos de manera clara, mientras que otros tendrán que planear de manera cautelosa ante vicisitudes impensables por el momento, como pueden ser las elecciones venideras en Europa, decisiones del presidente electo de Estados Unidos, el fortalecimiento paulatino de Putin, decisiones sobre inversionistas o especulaciones monetarias.

Por ahora, ésta primera parte ha sido culminada en contra del gobierno, pero no en contra de la Nación Británica, pues el Parlamento de igual manera representa a la población posiblemente mucho más que el gobierno, por lo cual si bien existen grupos inconformes, lo cierto es que el escrutinio parlamentario de cualquier decisión gubernamental es trascendental y aún más en una democracia parlamentaria como la Británica.

La inconformidad en algunos sectores es de denotar, pues es una característica ya vieja de la democracia que la decisión de las mayorías prevalece sobre las minorías, inclusive si esas minorías representan un gran porcentaje. En el caso del Brexit esta minoría representa el 48.1% de los votantes, pues el 51.9% votó a favor.

De ahí un error de origen de no haber previsto esta alta inconformidad de cualquier lado, y no haber determinado un mínimo para aceptar el referéndum, ya fuera como vinculante o al menos suficiente para considerar la salida de la Unión Europea. Posiblemente lo más lógico hubiera sido que en caso que no existiera cierta mayoría, lo más lógico era el 75%, se llamará a una segunda ronda o se desechará pues se trata de un tema de alta trascendencia, que como se ha sentido a partir del voto por el Sí, el Reino Unido se ha visto inmiscuido en una historia caracterizada por la incertidumbre.

Como lo señalaba, el proceso de salida tomará dos años de negociaciones ante la Unión Europea, pero es necesario esclarecer y recalcar que ese período de dos años comenzará a contar a partir de que se invoque el artículo 50, por lo cual esta activación del artículo 50, ya ha tomado más de 6 meses y podría tardar el tiempo que sea necesario en que el gobierno y el parlamento decidan bajo qué términos se realizará.

Lo que sucedió es que este proceso se manipulo con tanta falta de información, transparencia y planeación que por eso ha generado un clíma de inconformidad en la población, pues seguramente si la población hubiera sido bien informada de los supuestos ahorros económicos, de los costos, de los posibles escenarios para llegar a un nuevo acuerdo, donde existe la posiblidad de seguir pagando la cuota de membresía para tener acceso al libre mercado, la posible obligación de libertad de transito, entre otros muchos factores, otro gallo les hubiera cantado con el BREXIT, pues el costo económico, laboral, social y geopollítoco que hubiera visiualizado la población habría tenido un impacto diferente a lo ocurrido.

En su tiempo ni David Cameron, ni el movimiento pro-Brexit fueron claros en los beneficios y perjuicios que contraería, ni el agonizante proceso que significaría el SÍ al salir de la U.E. Por ahora ganan tiempo, pero de igual forma parecería mostrar el gobierno británico su falta de preparación para enfrentar estos problemas, así como improvisar las respuestas ante las cirumstancias que se les presentan. La decisión de salir de la Unión Europea iba y va más a allá de un simple referéndum de masas.

Por ahora la aplicación y la decisión final se encuentra en manos de 11 jueces de la Suprema Corte del Reino Unido. Al tratarse de un tema sumamente delicado, por primera vez en su historia, la Suprema Corte escuchara en pleno y con la presencia de los 11 jueces el caso.

Paralelamente los Miembros del Parlamento han respaldado al gobierno para comenzar las negociaciones formales sobre si que seguramente comenzarán en Marzo del próximo año. Además, por primera vez la mayoría de los MP han votado por salir de la Unión Europea. Un claro mensaje que Gran Bretaña irá unida ante las negociaciones venideras. Todo indica que la decisión de la Suprema Corte confirmará la decisión de la High Court y en Marzo se activará el artículo 50.

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