Por Fernando Castillo
La presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco acudió al llamado de “reconciliación” del candidato a gobernador de Morena, PT y PVEM Luis Miguel Barbosa Huerta, con el objetivo de sumarse a su proyecto político y lograr la “Cuarta Transformación” en Puebla.
A tres días de que arranque la campaña del proceso extraordinario, la alcaldesa de Morena, dejó atrás las diferencias luego de que su familia apoyó a Alejandro Armenta Mier en la contienda interna rumbo a Casa Puebla y dejó en claro que no acompañará a Barbosa Huerta para “levantarle la mano” a Barbosa Huerta en sus actos proselitistas ya que su responsabilidad es gobernar la capital.
La alcaldesa reconoció que a unos días de que arranque formalmente el proceso electoral es importante la “unidad” ante el golpeteo político previsto por parte del morenovallismo en contra de los gobiernos de Morena a fin de “contrarrestar” las acciones que han llevado a cabo los Ayuntamientos de izquierda en la zona metropolitana.
“En el proceso electoral, no voy acompañar en lo que he planteado anteriormente de sumarme al proyecto de nación y hacer un buen trabajo en el Ayuntamiento porque sabemos que se viene un golpeteo político y no queremos que todo el trabajo que estamos haciendo sirva de pretexto para contrarrestar las acciones”, sostuvo.
En entrevista posterior a la reunión que tuvo con Barbosa Huerta en el bunker morenista ubicado en el hotel Crown Plaza del Bulevar Hermanos Serdán, enfatizó que más adelante darán a conocer el trabajo que harán de manera conjunta con el ejercicio de gobierno.
“Tuvimos una reunión de trabajo, de proyecto rumbo al proceso que va arrancar en unos días. Ya les daremos a conocer el trabajo político que haremos en el ejercicio de gobierno”, subrayó.
Al hotel ubicado en el bulevar Hermanos Serdán, cerca de la Autopista México- Puebla, la edil llegó acompañada de los secretarios de Gobernación y General, René Sánchez Galindo, así como de Liza Acevés, además del regidor de Gobernación Iván Camacho, quien se pronunció en las últimas semanas a favor de Armenta Mier, incluso solicitó que la encuesta interna fuera transparente.
Y es que Claudia Rivera había sido acusada por la militancia de Morena de “deslealtad” en el conflicto post-electoral ya que se reunió en constantes ocasiones con el entonces gobernador en turno Antonio Gali Fayad, desacatando el exhorto de Gabriel Biestro Medinilla quien fungía como dirigente estatal de Morena e inclusive del mismo Miguel Barbosa Huerta, quien enfrentaba una batalla jurídica contra el “fraude electoral” que emprendió el morenovallismo.