La Afición
Un gol de Gonzalo Higuaín (7′) sobre Bélgica catapultó a Argentina a las semifinales del Mundial de Brasil; espera en la antesala a la Final al vencedor entre Holanda y Costa Rica. Alemania vs. el anfitrión, el otro cotejo.
Argentina apeló más que nunca a sus nombres y, pues sí, la camiseta pesa, digan lo que digan. La historia llevó al albiceleste a semifinales de una Copa del Mundo.
Bélgica desconocida, insípida en sus insinuaciones, se lanzó con actitud al frente, pero eso no fue argumento válido para dar un golpe certero al orgullo albiceleste, mucho menos si enfrente tienes a Lionel Messi, Gonzalo Higuaín y Ángel di María; éste último; sin embargo, se ‘rompió’ en el primer tiempo. El gas se le acabó al mejor hombre de Alejandro Sabella, junto al ’10’.
Aunque la genialidad, otra vez, se la guardó (o ya hay que dudar si de verdad hay magia en tanto botín de renombre) argentina. Una falla ‘diabólica’, así como el mote de los belgas, dio el 1-0 al local administrativo.
Con el centro de Di María, pelota chorreada que pegó en un defensa europeo, y ‘Pipita’ dobló el cuerpo con un zurdazo seco a las redes que defendió Thibaut Courtois; sin éxito, claro.
En el papel, Argentina es un ‘abusón’. Amenaza pero no pega, y cuando un valiente le hace frente se echa atrás, pero una vez que tiene de espaldas al rival lo mata. El cobarde vive hasta que el cobarde quiere; no, no hablamos de violencia, no se insta a eso, ni en la cancha ni en las letras.