Por Jorge Marcelino alejo
Poco y pocas veces se mueve el ánimo laboral con datos del Semáforo Económico de Generación de Puestos de Trabajo.
Por ejemplo en el cierre del 2023 nos mostraba que se habían agregado 651 mil 490 empleos formales, registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social –IMSS-.
El número en aquel momento, se consideró lejano a la meta esperada que era de 1.2 millones de ocupación remunerada. Pero bueno, esos más de 600 mil empleos fueron buenos y contaron para esperar más en 2024.
Pero de pronto se tienen menos empleos que le pegan al sector laboral. En estimaciones del mismo IMSS, informa que apenas en junio se perdieron 29 mil 555 empleos formales. También se eliminaron 34,655 empleos temporales.
Su efecto es inevitable.
Es pesada la carga moral que sufren empleados y obreros, al no contar con ocupación, ingresos ni seguridad social, pues de pronto se quedan sin el soporte necesario. El desaliento crece sino vislumbran perspectiva de otro empleo.
El problema con esos más de 60 mil empleos perdidos en junio, es que terminan por sumarse al universo de quienes no tienen ocupación segura, perciben bajos salarios en empleos temporales y no cuentan con prestaciones sociales.
Pero hay más a la suma. Con empleos perdidos se agranda la precariedad laboral, porque aumenta la incertidumbre de contar con empleo permanente en una economía informal que ronda el 60 % de la población ocupada. Ahí lastima más el desempleo, porque cuando parecían consolidarse los empleos de reciente creación, simplemente se esfuman.
Por si le faltara algo al sector laboral, en Puebla se resienten efectos negativos porque en el 2023 crecieron 23 % los conflictos laborales, y para colmo, le cierran la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje y se atoran más de 10 mil asuntos laborales.
Peor está la Junta Local de Conciliación y Arbitraje con un absurdo rezago de más de 32 mil expedientes, y no se sabe, cuántos sexenios faltan para concluirlos.
Ahí envejecen casos de despidos injustificados, devolución de recursos de las Afores, violaciones al contrato colectivo, rescisiones de contratos laborales y otros conflictos “víctimas de la tortuga burocrática”.
Será entonces que eso y más le ocurre al sector laboral, por falta de Amor a Puebla como alude el Gobernador Electo Alejandro Armenta.
Acaso ¿No se tiene consideración para quienes a diario laboran en la planta productiva? y menos se escucha su voz en los Congresos, donde hace mucho no hay auténtica representación laboral.
Lo único cierto, es que se empolvan las luchas laborales como el pleno empleo, inversión permanente para empleo permanente, cero accidentes laborales, cero huelgas, entre otros, incluyendo la justicia laboral.
M E M O R A N D U M
PROVEEDORES
A través de la Agencia Federal Anticorrupción -que creará la Presidenta Electa Claudía Sheinbaum- se investigarán y perseguirán actos de corrupción en funcionarios, licitantes, proveedores y contratistas. Se enfocarán a la violación de leyes en materia de adquisición y obras. La tarea estará a cargo de agentes especializados, que tendrán facultades para enterar los casos al Tribunal Federal de Justicia Administrativa.
El propósito es bueno, conforme a la continuidad de la 4T en el combate a la corrupción, aunque se advierte, que las investigaciones tendrán la pertinencia adecuada, sobre todo en casos en que es común la queja de empresarios proveedores de insumos al Gobierno Federal, por el retraso en el pago de los pedidos efectuados. Ya veremos.