Por Pascual Raúl Zárate Gil.
Aquí Puebla, desde Londres, 11 de diciembre 2015.- Como en los años cuarenta del Siglo XX en plena Segunda Guerra Mundial, los aliados que lo fueron y los que entonces fueron adversarios, se reunifican en el bloque, crean una gran hermandad multinacional, una alianza bélica nunca antes vista configurada por todas las potencias actuales, convocadas al conjuro de la lucha contra un enemigo común que los desafía y amenaza: el terrorismo criminal y destructivo jamás imaginado del Estado islámico.
Monstruo irracional de mil cabezas, que sin embargo tiene sus propias razones para amenazar con infligirles graves daños humanos como el asestado en Paris. Un terrorismo dispuesto a infundir, a crear el pánico, a incendiar las grandes capitales del orbe con golpes de terror, destrucción y muerte que sin embargo no dejan de ser hechos aislados.
El estado islámico es un movimiento delirante que sin embargo no ha surgido de la nada, por obra de la casualidad, es un Frankenstein que ha creado las geopolíticas intervencionistas de las potencias que quieren hacerlo y acomodarlo todo en los pueblos a su imagen e intereses, quebrantando los principios democráticos de no intervención, ni ingerir en los asuntos soberanos e independientes.
Pero la base terrorista, las entrañas de ISIS hay que buscarlas y hallarlas en el movimiento terrorista ya viejo procedente de Afganistán con Al Qaeda, el extinto Osama Bin Laden y sus lugartenientes que nunca han abandonado su guerra santa fundamentalista, la misma que derribó las torres gemelas en Nueva York el 11 de Septiembre de 2001.
El Reino Unido, Alemania, Francia, Estados Unidos, Rusia han votado y de hecho han intensificado los bombardeos en contra del Estado islámico en Siria, un movimiento que es consecuencia de los intereses encontrados de Rusia, Siria e Irak por una parte, y por la otra las potencias occidentales encabezadas por E.U., Francia y Gran Bretaña.
Rusia y aliados defienden al régimen del dictador Bashar el Asad y sus posiciones estratégicas, como su base naval en Siria; Estados Unidos y aliados desean la salida del dictador cuanto antes. Las guerras fallidas de E.U. en Irak y Afganistán también contribuyen al surgimiento de este fenómeno terrorista yihadista. De toda esta mescolanza injusta e inmunda nace el Estado islámico.
Así como todos contribuyeron a la forjadura infernal del Estado islámico, ahora la amenaza y las agresiones de este a todas las potencias las han unido en contra de este. El ataque terrorista a Paris le han ganado el solidario apoyo de Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania. Rusia se une a la causa francesa porque los terroristas derribaron un avión ruso Aeroflot con 229 turistas rusos que viajaban de Egipto a Sn Peterburgo.
Los ataques en Paris no solo derivan de grupos extremistas que comulgan con la misma ideología de su organización centralizada, sino además por un país en especial su capital que enfrenta problemas de fondo muy graves como la multidiversidad étnica, la pluralidad religiosa y la falta de integración de culturas, religiones, razas, credos y costumbres provenientes de distintas regiones continentales.
Las ciudades Cosmopolitan deben evolucionar más rápido que las provincias aledañas que en su mayoría solo albergan locales y una menor cantidad de migrantes. La falta de integración social en el país ha generado una marginación de algunos grupos étnicos a tal nivel de encerrarlos en guetos denominados Banlieu. El costo de la vida en l´Ile de France, genera la segregación de poblaciones, en su mayoría migrantes, incluso de segunda o tercera generación, los cuales son en ocasiones aislados, generando un resentimiento al no sentirse franceses. Legalmente lo son, pero no se sienten como tales.
Hay que insistir en el contesto histórico acerca del sometimiento e intento continuo de someter por parte de Occidente a las regiones de Medio Oriente, entre otras a su poder e ideología, lo cual ha generado un resentimiento de aquellos pueblos contra aquellos países que ejercieron algún control político en su país, lo cual en ocasiones provocó su migración en busca de paz, aunque no fue la única razón por la que migraran.
Por ahora el terrorismo ha logrado hasta cierto alcance su objetivo. Pues el terrorismo es una violencia psicológica a través deun impacto material diminuto comparado al daño material que ejercen un bombardeo o frente de fuego abierto. El impacto material es solo la vía o herramienta para tener un impacto psicológico colectivo. Una diferencia que distingue a ISIS de Al Qaeda, es la capacidad de vender la imagen de ser un pseud-estado desde el momento en que conquista un territorio y constituye inmediatamente su gobierno, como el caso de Mosul, la segunda ciudad iraquí que conquistó y tomó a sangre y fuego. Lo mismo ocurrió con la toma de Palmira, otra ciudad cultural representativa en Siria.
De esta manera, lo que crea ISIS es un “califato que junta elementos de un estado: población, territorio, gobierno”. Por desgracia y por fortuna, este mensaje llega a un sinfín de inconformes a nivel mundial, además de coincidir con la bandera religiosa, aunado a la ignorancia o fanatismo acerca de la religión. Peligroso es cualquier fanatismo ciego, irracional, sin lógica, causa, e ideal alguno, como en su tiempo y ahora aconteció con el nazismo, el fascismo, en contraste con el capitalismo salvaje que es una mezcla obsesiva de ganar-ganar y amasar a costa de explotación de los demás.
Si la adjudicación de los atentados de ISIS son ciertos, ataque en Paris, avión ruso derribado, Nigeria y Líbano, podemos decir que todos somos un objetivo alcanzable, lo cual esta logrando su fin la organización yihadista, al perpetrar y vender su mayor slogan de terror.
El punto débil del fanatismo yihadista es que al constituirse en un pseudo-estado, se convierte territorialmente en un blanco perfecto y vulnerable a los ataques de las potencias occidentales, la misma vulnerabilidad que mostró Bin Laden en sus campos y refugios de entrenamiento. Sin embargo, ISIS ha mostrado una nueva estrategia que lo hace más peligroso al afiliar células fanáticas y terroristas en todas partes del mundo, especialmente en las naciones que considera sus adversarios. En los ataques a Paris participaron algunos franceses extremistas adoctrinados por ISIS. Al fragmentarse, al tener reclutas dispuestos en diversos puntos del orbe, ISIS se convierte en una entidad terrorista mucho más peligrosa que Al Qaeda. Se le ataca y derrota en un lado, pero al mismo tiempo está en posibilidad de encender fuego en otro punto del planeta. Se apaga el incendio pero las cenizas se convierten en rescoldo de otros estadillos.
Muy difícil será erradicar o eliminar a grupos radicales, pues solo queda luchar contra aquéllas células posibles que se identifiquen. Claro si el servicio de inteligencia no falla, como lo hizo en Francia.
El otro punto débil es el financiamiento. Si los gobiernos logran cerrar toda forma de financiamiento, a pesar de ser difícil, pero al menos reducirlo, al momento de expandir su territorio, la carga burocrática, la adquisición de municiones, propaganda se irá debilitando. De igual forma un control de armas es necesario, sino que pregunten a México el gran dolor que ha causado el poco control de enajenación de armas del vecino del Norte a México.
A pesar del ataque estratégico de las potencias para aplastar y extinguir al estado yihadista, no es razonable pensar que un conflicto militar a fuego cruzado, en Siria para la exterminación el movimiento yihadista, resultará en la exterminación total del movimiento, sino simplemente en la postergación o debilitamiento del mismo. Pues resulta claro que el pensamiento transciende más allá de la exterminación de los líderes o del grupo, pues la germinación de la idea seguramente trascenderá a otras generaciones que se harán denominar de distinta manera, pero que la guerra, la exterminación de los suyos, división e familias regenerará un resentimiento entre los musulmanes, especialmente de esas regiones.