Por: Pascual Raúl Zárate Gil
Desde Londres.- Debieron transcurrir 25 años desde la caída del muro de Berlín (1989); debió de concluir la Guerra Fría (con la desintegración de la URRSS); debió instaurarse el primer sistema mundial globalizador neoliberal;de transcurrir 18 años de hegemonía, de antidemocrática y desigual autocracia globalizadora; tuvieron que apuntalar China y Rusia los primeros signos de oposición al liderazgo mundial de Estados Unidos, en busca de un nuevo orden mundial, para que el gobierno estadounidense volviera los ojos de sus intereses geoestratégicos hacia Cuba.
Fueron 55 años de históricos y trascendentes acontecimientos, de cambios y transformaciones, de reordenamiento mundial, de revoluciones tecnológicas en las telecomunicaciones, la era del internet, de las tablets; de auge e inicio de la declinación del neocapitalismo salvaje hoy en crisis; de una actualidad envuelta en las llamas invisibles de la guerra de divisas, guerra financiera entre las potencias, en donde las paganas son las naciones emergentes, entre muchos otros sobresalientes eventos como la destrucción de las torres gemelas en 2011 y las guerras del petróleo en Kuwait, e Irak, en los que Cuba pareció estar ausente de lo que acontecía en el mundo.
Sólo el acendrado patriotismo, el sentimiento sublime de soberanía y de dignidad nacional, pudo sostener de pié, en acción y lucha a una nación descarnadamente sometida a un embargo económico que hubo años que casi mata de hambre a su pueblo.
Un embargo comercial, económico y financiero a través del Cuban Democracy Act, el cual impuso una serie de sanciones como respuesta a las expropiaciones por parte del gobierno de la República de Cuba de propiedades de ciudadanos y personas morales estadounidenses, pero además de ser la época en que el comunismo y el capitalismo luchaban por prevalecer en la nueva conformación de la orbe.
Sino fuera suficiente las medidas ya implementadas, la Ley Helms Burton Act aprobada por el Congreso norteamericano en 1996, prohibió de manera tajante cualquier forma de inversión por parte de los ciudadanos estadounidenses con el gobierno Cubano, así como la restricción a otorgar ayudas públicas o privadas. Dichas medidas no encontraron solución previa a pesar de haber sido condenada 23 veces por la O.N.U.Posteriormente la Ley de Reforma de Sanciones y Mejora de las exportaciones en la administración del ex–presidente Clinton permitió la venta de bienes agrícolas y medicinas por razones humanitarias.
En la nave cubana de hoy no serán encontrados puros cadáveres que sucumbieron, para decepción de genocidas como Donald Trump. Cuba triunfó sobre el embargo. Jamás sucumbió ni arrió banderas, ni capituló ente el imperialismo. Fidel Castro pasará a la historia como Mao y Lenin, aunque el capitalismo se encargará de que una vez ido nadie lo recuerde. El único Dios es el capital y sus pregoneros las multinacionales..
Cuba ha triunfado especialmente en el campo de la educación y la medicina, donde ha alcanzado un alto nivel en varios campos de especialización, uno de los rubros en donde los laboratorios estadunidenses y europeos llegarán a buscar asociaciones estratégicas para luego cautivarlos, como controlan y monopolizan en el mundo el campo de las medicinas. Hoy controlan hasta las cervezas mexicanas. Por qué no la medicina que monopolizan y explotan hasta el hartazgo en México.
Barack Obama sabe que países que no gane como aliados, socios o amigos cautivos, como México, se los ganará otra corriente reformista mundial , el Grupo BRICS, con China y Rusia a la cabeza que busca aliados para romper la hegemonía norteamericana y su reinado global, con todas sus desigualdades que tienen dividido al mundo entre ricos y miserables.
El mandatario norteamericano justifica su acercamiento a Cuba y el levantamiento del embargo económico queriendo convencer con su retórica aparentemente candorosa: “A fin de cuentas, estos 50 años nos han demostrado que el aislamiento no ha funcionado. Ha llegado la hora de un nuevo enfoque”.
Son las presiones de Rusia y China, cercanas a Cuba las que lo apuran e impelen. Bladimir Putin al regreso de su antiguo socio que ya los dejó una vez “colgados de la brocha”, como expresaba Fidel Castro, pero ahora llegó a perdonarles una deuda de 36 mil millones de dólares. Y el presidente chino Ji Jinping, que maneja las mayores reservas internacionales del mundo toca las puertas para coinvertiren la Habana en proyectos turísticos.
Ambos visitaron a Fidel Castro. Hechos que conducen al presidente norteamericano a convencerse de que si no es Estados Unidos, será China y Rusia las que dicten las reglas del juego del nuevo orden mundial en esa parte del Caribe, a 90 millas de Cayo Hueso, Florida.
Bajo ese signo dominante geoestratégico estadounidense, se da el reencuentro con Cuba. Obama y los republicanos no han cometido la impertinencia de llegar a la Habana (como no se han atrevido en China), a sorprender a sus gobernantes, con el cuento falaz de: “apertura económica y apertura democrática”, falacia perversa para meter las manos en el gobierno y la economía y manipular a la sociedad.
Pero más allá de la geopolítica y a la geo estrategia a que está apostando el presidente Obama, como responsable de mantener a su país, a cualquier precio, en el liderazgo del orden económico, político y bélico global, Barack está apostando,con su acercamiento a Cuba, al fortalecimiento del Partido Demócrata y a la máxima rentabilidad de la candidatura presidencial de Hillary Clinton, para ganarse a la población latina, junto con sus enmiendas migratorias que los republicanos denuestan y combaten desde el congreso, ganando al sector conservador norteamericano, pero alejándosede la población hispana.
Esto independiente a la formidable campaña en favor de los demócratas que realiza el republicano Donald Trump, cuya precandidatura ha crecido extraordinariamente sobre el resto de los aspirantes republicanos, precisamente mediante su estrategia de ataques, de su fobia genocida contra los migrantes mexicanos. La popularidad de Trump entre los conservadores estadunidenses es a costo de un alto precio entre la población migrante y liberal. No sería sorprendente una polarización nunca vista entre la sociedad norteamericana en las próximas elecciones.
Es un hecho, conocida la inteligente, audaz y sagaz visión revolucionaria, independiente y soberana de Fidel y su hermano Raúl Castro, que mientras vivan tratarán de sacar para Cuba las mayores ventajas al interés de China, Rusia y Estados Unidos por intentar ganarse a la isla como su aliado incondicional y cautivo.
Fidel y Raúl han dejado constancia histórica que no han buscado en el gobierno la ambición, la avaricia, la corrupción, el afán de enriquecimiento, el apetito voraz de amasamiento de fortunas, características tan vulgares entre las clases políticas de casi todos los países, como México, donde los que gobiernan, como las corporaciones multinacionales, como la clase empresarial autóctona, apuestan a los negocios y al amasamiento de incalculables fortunas. No les importan las desigualdades sociales, la miseria, el desempleo. Nada saben acerca de soberanía, de independencia, de dignidad nacional, de moral y de honor.
Estados Unidos hace una entrada suave, de prudente astucia para no espantar a la presa, en tanto encuentra los resortes para preparar el relevo de los hermanos Castro y la instauración de elecciones libres para meter las manos hasta la cocina, realizar el cambio por el que va y a nadie le perdona. Si se metió en Rusia y China, dos potencias, ¿qué no ha de hacer para doblegar a una nación revolucionaria y heroica?.
Con el capitalismo salvaje llegarán el tráfico de drogas, las mafias, los carteles, las organizaciones criminales, la corrupción, el tráfico de armas. Como llegaron las mafias en Rusia, en China.
¿Acaso debemos creer que las multinacionales llegarán a hacer lo contrario que hacen en el mundo: ¿a dominar las economías y la riqueza? ¿Llegarán a resolver la pobreza y el desempleo que han agravado en el mundo? Ojalá nos equivocáramos. Así gobierna Estados Unidos al mundo para no perder su hegemonía. Cuba luchó 55 años contra la adversidad y la pobreza. ¿Cuántos años luchará contra la riqueza para no ser devorada?