Donald Trump es aliado de Obama y Hilary Clinton, le ira mal por discurso antimigrante

Por: Pascual Raúl Zárate Gil. Aquí Puebla, desde Londres

Por lo visto Donald Trump (que ofende el nombre del pato más célebre y amable de las caricaturas) ha elegido el camino más tortuoso y nauseabundo, aunque el más corto, para ser incluido (de acuerdo a las encuestas) entre los 10 aspirantes más mencionados que deberán participar en el debate inicial por la candidatura presidencial del Partido Republicano.

Desde luego el camino más largo, sucio, indignante y suicida de obtener la candidatura presidencial. Donald Trump es un perdedor anticipado, su alienada lengua lo debilita y condena. De antemano se conforma con participar en la primera ronda, y con eso quedarán satisfechos sus xenofóbicos y delirantes desahogos, que no le darán para más ni mayores perturbaciones.

Y es que el pretendiente republicano ratificó el lunes 6 de julio la descripción que hizo de los inmigrantes mexicanos, a quienes hace unos días tachó de criminales. En un comunicado se niega a retractarse de sus comentarios que tantos desprecios, humillaciones, críticas y boicots económicos le han acarreado, y cuya única ganancia es haberse ganado las simpatías de quienes piensan como él en ese país, que son muchos todavía, y está a punto de introducirse en la primera ronda republicana donde seguramente ahí quedará varado, como las ballenas en la orilla del mar.

Trump calificó a los inmigrantes mexicanos como criminales y violadores, lo que dio pie a que varias empresas, como NBC, Univision y Macy’s, Televisa, América Movil cortaran sus relaciones de negocios con él. En su nuevo comunicado expresó que “el gobierno mexicano está obligando a que su gente más indeseable venga a Estados Unidos”. En muchos casos, agregó, son “criminales, narcotraficantes, violadores, etc.”.

Y se vanaglorió que algunas encuestas demuestran que muchos estadounidenses comparten su punto de vista. “Creo que las encuestas son testimonio” de que: “en los viejos tiempos, solían usar un término, ‘la mayoría silenciosa’. La mayoría silenciosa está de vuelta, amigos”. Sin embargo son muy pocos los norteamericanos y fuera también que ven a Trump como una persona respetable, seria, en sus 5 sentidos, como un aspirante presidencial pese a que su posición en las encuestas podría llevarlo al primer debate de su partido.

La política es la maestra del engaño, de la simulación, de la falsa cortesía. Si bien los mexicanos en su gran mayoría saben que no tenemos amigos en los presidentes de ese país ni en las empresas multinacionales y capitales supranacionales; si bien sabemos que estos emplean el discurso de buena voluntad ficticia cada vez que llegan a invertir a México con la intención de explotar su mano de obra barata, hacerse de sus recursos naturales, a comprar y absorber a las empresas mexicanas más productivas.

En contraste, Trump, cuyas empresas seguramente han explotado la mano de obra de los inmigrados mexicanos, los ofende y los rechaza como algo indeseable, los califica como un montón de problemas que llevan drogas, crimen y violaciones”. Y con su gesto imperialista, afirma que va a construir una barda de acero para que no pasen más mexicanos, y obligará al gobierno mexicano a pagarla.

Sus asesores deben haberle dicho, a menos que les sea más rentable esa pésima estrategia con que están inflando como globo a Donald Trump a sabiendas que estallará al primer pinchazo, que la rentabilidad electoral que ya obtuvieron y seguirán ganando será relativa y efímera que los llevará sólo a la primera ronda, pero los descartará de inmediato.

Más aún, deben haberle dicho le están haciendo un daño irreparable a los republicanos que no se han apurado a pararlos, que estaban haciendo serios esfuerzos estratégicos para dividir a los inmigrantes que llevaron a Obama a la presidencia.

Trump debe ser condecorado por los demócratas por el adorable beneficio a Barack Obama e Hillary Clinton que deberán montarse en esa bestial pifia para amarrar el voto de los migrantes latinos, asiáticos, afros y de todo el mundo que han llegado a Estados Unidos con la esperanza de ser aceptados y adoptados como su segunda patria y hogar.

Los republicanos en el Senado le han echado por tierra sus intentos de reformas migratorias a Obama, quien las ha esgrimido para obtener el voto de los migrantes, no tanto por favorecerlos; y su bien esta oposición ya representan un costo a su partido en las presidenciales, peor les irá si el discurso de Trump sigue ganando adeptos entre los estadunidenses. Aunque quien resulte candidato republicano tratará de suavizar las cosas para evitar una campaña de extremistas en la que los asuntos nacionales prioritarios pasaen irracionalmente a segundo término.

Si bien, el mundo está hecho de clichés, slogans, frases, tabús, ideas y ocurrencias que van desde simples chistes hasta estereotipos dañinos, es muy distinto decir y señalar que un mexicano anda en burro o vive bajo un nopal, o que un francés siempre camina con una baguette, que los italianos tienen un bigote pintoresco y se alimentan de pizzas, o que todos los españoles comen paella , entre muchos otros distintivos.

Es muy distinto el estereotipo xenofóbico, maniático, malévolo con la sádica intención de crear un daño, y definir a una núcleo poblacional valiente, trabajadores, decidido que tiene el valor de huir de la adversidad e ir en pos de la mejoría.

El magnate es un ignorante que poco o nada sabe de la vida de los mexicanos que trabajan en Estados Unidos, como otros tantos migrantes de tantas razas, a quienes con los discriminatorios y explotadores salarios que se les pagan empresarios como Trump han hecho sus fortunas; que subsidian con su trabajo y sus impuestos la economía estadounidense. La migración hizo a Estados Unidos. Estados Unidos es la inmigración.La grandeza de ese país la hicieron los migrantes.

La Secretaria de Relaciones Exteriores de México ha subrayado que en aquél país hay millones de personas de origen mexicano que han creado cerca de 570 mil negocios, donde uno de cada 25 negocios los propietarios son mexicanos y que facturan alrededor de 17 mil millones de dólares anuales, cifra mucho mayor al gasto que por seguridad social y desempleo, entre otros, que representan 297 millones de dólares. Vasta diferencia entre lo que generan y lo que requieren.

Firme y sutilmente diplomática resulto la respuesta del canciller José Antonio Meade, aunque debió haber sido mucho más enérgica de acuerdo al sentimiento de los que por ahora nos encontramos fuera de México en calidad de migrantes. Llamarle ignorante no fue suficiente a lo que es más parecido a sádico maniaco adinerado. En retórica periodística no se valen los calificativos. No rompemos esa regla cuando la unimos al substantivo para precisar la descripción.

Todos los mexicanos que conocemos a alguno o muchos migrantes en Estados Unidos y el mundo entero sabemos son personas trabajadoras, esforzadas, con espíritu de sacrificio, que han realizado un magno esfuerzo al adaptarse, asimilarse, aprender otro idioma, en respetar y seguir las reglas de oro del sistema de vida al que llegan a buscar un destino de superación.

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