Viajar en el tiempo a través de objetos de uso común inspirados en el surrealismo, futurismo o la tradición de diseño y enseñanza de la Bauhaus, es la experiencia que brinda el Museo del Tec de Monterrey a todo visitante que ingresa al “Ambiente Simbólico de Almacenaje y Resguardo”, espacio que conformaron alumnos de la carrera de Arquitecto, con el fin de revivir las Vanguardias artísticas.
Concebido como un ejercicio académico, este viaje en el tiempo forma parte de la materia “Historia de la arquitectura y la ciudad IV” a cargo de Luis Rogelio Sánchez Velázquez, director del Departamento de Arquitectura en el Campus Puebla, quien explicó que el proyecto consistió en intervenir, rediseñar o inventar objetos de la primera mitad del siglo XX, con el objetivo de que los alumnos y visitantes “aprendan activamente desde la historia del arte la cotidianidad que habita en la arquitectura”.
Para conformar el “Ambiente Simbólico de Almacenaje y Resguardo”, Hugo Díaz Cordero, asistente de museografía, construyó una torre de madera, de más de cinco metros de alto, para metaforizar una línea del tiempo vertical. De esta forma, cada piso alberga objetos relativos a Vanguardias artísticas como el fauvismo, expresionismo, cubismo, surrealismo, dadaísmo, futurismo y la tradición y diseño de la enseñanza de la Bauhaus.
Mariela Arrazola Bonilla, directora del Museo del Tec de Monterrey, explica que las Vanguardias son “algunos de los movimientos artísticos que surgen a principios del siglo XX y que se desencadenan por las crisis sociales y políticas causadas por las guerras mundiales”
Y se caracterizan por oponerse a los valores de la sociedad racionalista que propiciaron las guerras. Por ejemplo, los artistas de las vanguardias concebían que la aplicación de procesos industriales terminaba aniquilando a los seres humanos; por lo que a través del arte su principal intención era producir hombres susceptibles de vivir en una comunidad política libre.
De esta forma, la directiva expresó que la experiencia generada por los alumnos es una oportunidad para conocer y saber reconocer esta época de la historia del arte, pues es un parte aguas en la forma en que el arte se comienza a vislumbrar como una práctica crítica que señala los aciertos y desaciertos de la humanidad. “Es decir, el arte no se trata de un objeto decorativo”.
Viaje en el tiempo
La primera parada del viaje es el expresionismo, ubicado en la parte más alta de la torre. Esta vanguardia hace referencia a la deformación de la realidad para expresar de forma más subjetiva la naturaleza y el ser humano. Un maniquí que porta una máscara de gas manifiesta uno de los objetos cotidianos que se emplearon durante la segunda guerra mundial, y que demuestra el terror, miedo y agonía que se vivía en esta época.
Otro piso alberga a una aspiradora cortada en partes para hacer referencia al cubismo, movimiento artístico encabezado por Pablo Picasso y que simboliza la ruptura definitiva con la pintura tradicional, ya que las formas de la naturaleza son representadas por medio de figuras geométricas, fragmentando líneas y superficies.
El futurismo, vanguardia fundada en Italia por Tommaso Marinetti y cuyos temas dominantes son la máquina y el movimiento; está representado por un libro clavado sobre una pared de metal, simbolizando la lucha entre la tradición del pasado y la construcción de un nuevo orden en el mundo.
En la parte más baja de la línea del tiempo se ubica una plancha de hierro tensada por varios hilos para representar al surrealismo. Corriente, cuyo primer exponente fue André Bretón, que se inspira en las teorías del psicoanálisis para reflejar el funcionamiento del subconsciente, y dejar de lado todo tipo de control racional.
Y a un lado de la torre, un reloj de cuerda que data a inicios del Siglo XX, manifiesta la convivencia del presente con el pasado y connota al Fauvismo, vanguardia que buscaba utilizar colores que destacaran por su tono vibrante, representara formas que perdían su estilo figurativo, y cuyo principal exponente fue Henri Matisse.
Así mismo, el dadaísmo y la tradición de diseño y enseñanza de la Bauhaus están presentes en objetos que indican, respectivamente, la liberación de la fantasía y la puesta en tela de juicio de todos los modos de expresión tradicionales, así como la apuesta de arquitectos, escultores y pintores por regresar al trabajo manual, ser una congregación de artesanos y liberarse de la arrogancia que divide a las clases sociales.
“Ambiente Simbólico de Almacenaje y Resguardo” estará expuesto hasta finales de Mayo en el Museo del Tec de Monterrey, ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla, calle 4 Norte, número 5.