Erika Leonard James jamás se imaginó que la historia que empezó a escribir en formato digital, fruto de una crisis de la mediana edad, terminaría por vender más de 100 millones de libros alrededor del mundo. Y menos aún que inspiraría una película –la que se estrena mañana- que rompería todos los récords de ventas anticipadas de boletos de cine.
El alto contenido erótico de 50 sombras de Grey es una de las principales hipótesis para explicar el rotundo éxito de la trilogía de E.L. James. Pero en este fenómeno literario de masas, mayoritariamente femeninas, –hasta el punto en que ha sido llamado “porno para mamás”- también está muy presente el factor mercadológico. Basta decir que los libros se venden en una caja que contiene un par de esposas, una máscara y una corbata.
“En el libro están las fantasías de muchas mujeres y seguramente se sienten liberadas a través de la lectura”, opina la escritora Susana Iglesias, autora de la novela Señorita Vodka y ganadora del premio a mujeres escritoras Aura Estrada.
Algo similar explicó la cineasta y artista Sam Taylor-Johnson sobre las razones que la llevaron a rodar la película: “Me parecía un cuento de hadas con grandes similitudes a los que nos contaban de niñas, pero en una versión para adultos. Una joven conoce a un príncipe inalcanzable. Es un hombre de éxito, fabuloso, rico, pero todo acaba siendo muy diferente”.
Fuente: Milenio