La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) se dio a la tarea de realizar un sondeo de mercado sobre los precios de los productos y servicios que se demandan por tener una mascota. El gasto aproximado por tenerla (de un tamaño promedio), sea perro o gato es de $1,200 mensuales aprox: alimento, carnazas, premios, sobres de comida, cloro de mascotas para limpieza, juguetes, baño con corte; más $3,300 por única vez aprox: esquema de vacunación y esterilización; $1,150 anualmente aprox.: desparasitaciones, vacunas de refuerzo y antirrábica y, $ 1,375 aprox. en accesorios: collar, placa, correa, suéter, platos, cama y cepillo. Estos son los gastos que se requieren hacer al tener una mascota y ofrecerle una vida de calidad. Para todo fin práctico, las mascotas se han convertido en un miembro más del hogar.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI), en México, 9.6 millones de los 23 millones de perros que existen forman parte de una familia, razón por la cual el objetivo de este sondeo es establecer el impacto económico por tener una mascota y el rol que juegan en la pandemia a partir del tremebundo golpe de soledad que hemos recibido; doloroso flagelo que ha sumergido a la sociedad en la depresión y ansiedad.
“Cada vez son más las personas que han sufrido estragos en su autoestima y seguridad personal, mucha gente ha perdido habilidades sociales de relacionamiento, encerrándose en ellos mismos, padeciendo el “síndrome de la cabaña” al sentir temor de salir de casa e ir a la calle. El aislamiento social ha debilitado la pujanza de la gente, generando mayor incertidumbre, ya que no encuentran certeza alguna en sus vidas, han perdido sus empleos, han fracturado sus relaciones personales, estrellando sus proyectos de vida, encontrándose a la deriva muchos de ellos”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
Ante este entorno existencial el rol de las mascotas se ha redimensionando en la vida cotidiana de las personas, ofreciendo un acompañamiento invaluable, convirtiéndose en un verdadero bálsamo emocional que ayuda a mitigar los efectos nocivos de la soledad.
Antes de la era Covid la vida urbana era bastante estresante, la falta de oportunidades laborales bien remuneradas obligaba a trabajar jornadas extenuantes, a invertir mucho tiempo en traslados prolongados y, resultado de todo eso, la descomposición del tejido social iba a todo galope, el Covid la ha intensificado.
“Las mascotas tienen una gran capacidad intuitiva y de alguna manera comparten y absorben las angustias y preocupaciones de sus dueños, presienten la emocionalidad humana, convirtiéndose en un bálsamo existencial contra la soledad y la ansiedad. De alguna manera, la gente encuentra en sus mascotas seguridad y tranquilidad, por ello el papel relevante de las mismas en estos tiempos que nos han tocado vivir, volviéndose de facto en un miembro más de la familia, con la consecuente responsabilidad de ofrecerles una calidad de vida digna al arroparlos, alimentarlos, cuidar de su salud, aseo y educación”, finalizó Rivera.
Foto: Redacción médica