Por Cristopher López
Cientos de familias poblanas asistieron al altar de la Virgen de los Dolores, ubicado en La Casa de la Cultura, donde al centro se puede observar una pintura de la imagen que representa a la madre de Jesús con un atuendo morado, su manto blanco y además de una espada que atraviesa su corazón que significan los siete dolores que sufrió la Virgen, al ver a su hijo crucificado.
El viernes de Dolores corresponde al sexto viernes de cuaresma; día en el que se debe guardar extrema penitencia y ayuno. Está consagrado a la Virgen en recuerdo del sufrimiento y Dolores que padeció por causa de la crucifixión y muerte de su hijo Jesucristo.
La costumbre de poner la un Altar a la Virgen de Dolores empezó en México con la llegada de los españoles en el siglo XVI pero los testimonios no son muchos y los más fidedignos remontan al siglo XVIII.
En entrevista Margarita Melo, directora de la Casa de la Cultura, explicó que para fortuna de los frailes franciscanos, la conmemoración de la Semana Santa coincidió con las fiestas de fertilidad de los Mexicas, por lo que aparte de su significado católico, existe un trasfondo prehispánico en el que subyace una connotación de fertilidad de la tierra cómo se puede observar en el altar como son tres platos con semillas de amaranto, lenteja y chía como ofrenda a la época de siembra.
Añadió que el color morado que predomina en el altar es el que la liturgia Católica dedica a la pena y el luto.
Además de las botellas redondas con aguas de colores las lágrimas que la Santísima Virgen derramó, así como el trigo que simboliza la eucaristía, las palmas, la gloria de Dios y de su hijo.
Margarita Melo, explicó que además las naranjas amargas significan, la amargura que sufrió la Virgen María, sublimada y exaltada por las banderitas del papel picado.
Y el trigo germinado en amarillo, la fertilidad y debe ser de este color porque significa que palidece ante el dolor de la Virgen María por haber pedido a Jesús.
Agregó que todos los elementos deben ser colocados en el altar de la Virgen de los Dolores en múltiplos de siete, en recuerdo de los siete dolores que padeció María.
Es importante recordar que la meditación del Pueblo católicos sobre la participación dolorosa de la Virgen en la Pasión de su hijo, la llevó desde la Edad Media a destacar siete circunstancias de su vida, en las que el dolor fue como “una espada” que traspasaba su alma.
Estos son Los siete Dolores de la Santísima Virgen:
La profecía de Simeón, la huida a Egipto, El Niño Perdido, la calle de la amargura, la crucifixión, el descendimiento de la Cruz y la sepultura de Jesús.