Padece 14 por ciento de la población en Puebla trastornos alimenticios

El 14 por ciento de la población en Puebla padece de trastornos alimenticios y el 4 por ciento sufre anorexia y bulimia, siendo adolescentes y jóvenes los más vulnerables a estas enfermedades, afirmó Carlos Chávez Victoria, académico de la Universidad Iberoamericana en Puebla, al agregar que por cada hombre con estos padecimientos hay nueve mujeres afectadas.

En entrevista tras participar en el Simposio de Trastornos Alimenticios que impartió la Universidad Jesuita, sostuvo que los factores que influyen para enfermarse son la genética y el “ambiente rígido” en la familia ya que en ocasiones los padres les exigen a sus hijos en temas como rendición, perfección, además que la valorización de prioridades están enfocadas en los aspectos físicos y belleza, que incurren a desarrollar estas enfermedades.

El especialista recomendó que en caso de que una persona desea bajar de peso, deberá acudir a un nutriólogo con el objetivo de que controle su indice de masa muscular y evitar que haya grados de desnutrición, acercarse a la capacitación para ver como debe ser la planeación de alimentación y acudir a un psicólogo para orientar al respecto.

“El factor importante para salir de este trastorno es en la persona de como se acepta así misma y si en el ambiente familiar tenemos la fortaleza y la confianza de ser aceptado como es. Si se encuentra esta aceptación en la familia difícilmente en el ambiente escolar a los jóvenes los moverán de esa posición pues tendrán la seguridad de ser aceptados en los demás grupos sociales”, apuntó.

Reconoció que las figuras de los medios de comunicación sí influyen de manera importante en la anorexia y bulimia ya que los jóvenes quieren seguir los “patrones de belleza” y mientras se siga con esta concordancia de delgadez extrema y adelgazamiento se continuará con este modelo.

Tratamiento multidiciplinario

Por otra parte Chávez Victoria, afirmó que el tratamiento para estas enfermedades es multidisciplinario y largo, pues toda persona que inicie con un trastorno de estas características debe aplicar un tratamiento psicológico, nutricional y si es necesario el médico-psiquiátrico que consiste en internar a la persona de 45 a 90 días y en casos menos severos se podrá consultar a los especialistas en consultorios.

Subrayó que de no atenderse a tiempo estos trastornos alimenticios podría evolucionar una posible desnutrición en tercer grado y los efectos electrolíticos que generan arritmias y hasta paros cardíacos, así como insuficiencia renal que por ende provocarían la muerte.

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