Staff Controversia Puebla
Formar profesionistas con un proyecto de vida y una actitud emprendedora, es el objetivo de las licenciaturas que se imparten en la Unidad Regional de la BUAP en Chignahuapan, donde hoy existen 42 proyectos productivos, viables y sustentables, vinculados al desarrollo económico de la región y al aprovechamiento de los recursos naturales.
Asimismo, los estudiantes de dicho campus han elaborado un total de 90 monografías de igual número de localidades y municipios de la región, como una base de datos que permite conocer las características económicas, demográficas, culturales, sociales y recursos naturales, y que han sido el fundamento y punto de partida en el diseño de proyectos productivos.
“Las unidades regionales somos embajadores de la BUAP en las regiones, no sólo ofrecemos una oferta académica, sino todo el potencial de conocimientos y fortalezas de la Institución para apoyar el desarrollo local y preservar los recursos naturales”, afirma el coordinador de la Unidad Regional de Chignahuapan, Marco Antonio Curro Castillo.
De esta visión, así como de la práctica y servicio social, surgió la elaboración y envasado de mermelada de chile que hoy se vende en las tiendas de dulces típicos en Chignahuapan; así como la concreción de dos financiamientos para el desarrollo de proyectos turísticos en Chiconcuatla y recuperación del telar de cintura, en apoyo de la población indígena del lugar.
“Hacemos el proyecto y los aviento a la guerra”, dice con satisfacción Saúl Díaz Benítez, profesor de las asignaturas Formulación de proyectos, Evaluación de proyectos y Formulación y evaluación de proyectos, que imparte en el sexto y octavo cuatrimestre de la licenciatura en Administración de Empresas, y quien ha sido un gran promotor en la elaboración de proyectos productivos a cargo de los estudiantes.
“En Chignahuapan la industria representa sólo el uno por ciento de la actividad económica, se vive más bien de los sectores primario y terciario de la economía, por lo que a través de las monografías promovemos la elaboración de proyectos productivos que atiendan el medio ambiente, que aprovechen los recursos naturales del lugar y que apoyen el desarrollo económico”, precisa Díaz Benítez, maestro en Administración Financiera y especialista en Proyectos por la Organización de Estados Americanos (OEA), luego de obtener en 1976 una beca por parte de la Presidencia de la República.
Profesor de tiempo completo de la Unidad Regional de la BUAP en Chignahuapan a partir del año 2000, cuando fue creado dicho campus, relata que desde hace trece años se ha dado a la tarea de impulsar la elaboración de monografías entre sus estudiantes, a través de la materia Metodología de la investigación que imparte en el primer cuatrimestre.
Así, de esta práctica indagatoria han surgido proyectos innovadores, creativos, pero además fundamentados con estudios de mercado para garantizar su viabilidad, como la Producción de carne de caracol; Producción de Chinicuil, gusano que sólo se da de octubre a diciembre y el proyecto garantiza su abasto todo el año; Recuperación del ajolote, endémico de la región y en peligro de extinción; y Elaboración de un plato desechable a base de totomochtle, que en lugar de tirarse a la basura tras su uso serviría de alimento para ganado.
“El fin de la BUAP es que los jóvenes estudien una carrera para que puedan emprender o proponer un proyecto que no sea sólo escolar, sino un proyecto de vida y desarrollo”, comenta Curro Castillo.
En esa dirección, también se ubica el proyecto de crear un Centro de Vinculación, como un modelo que permita concretar los beneficios de la educación superior en las regiones del estado, donde se forman profesionistas con calidad educativa y con mentalidad de emprendedores.