Un proceso electoral debe ser una contienda democrática entre los partidos políticos y sus candidatos, basado en las reglas del régimen electoral, donde los partidos tomen sus propias decisiones y con órganos electorales autónomos que vigilen el correcto funcionamiento y aplicación de la ley en la materia, sin embargo “en Puebla se empieza desarrollar un proceso anómalo, donde el Tribunal Electoral del Estado y el Órgano Público Local Electoral, están controlados por el gobierno del estado”, aseveró el senador poblano Luis Miguel Barbosa Huerta.
Destacó que en el PRD, el órgano competente para definir a su candidato o candidata al gobierno del estado, es el Comité Ejecutivo Nacional, sin embargo, desde Puebla se ha diseñado una estrategia de judicializar este proceso interno, que esta misma semana habrá de definirse, donde solo existen dos opciones: que el partido se quede sin candidato o que “tenga un candidato pelele”.
En rueda de prensa, el senador Barbosa insistió en salvaguardar la identidad del Partido de la Revolución Democrática, como un partido de izquierda progresista, lo cual no ocurre con las coaliciones con el Partido Acción Nacional en este momento, donde lo que está en juego es la supervivencia política del PRD con una visión estratégica de partido de oposición.
La vida institucional de un gobierno se refleja en la confianza de la sociedad hacia las acciones de su autoridad y en un proceso electoral deben ganar la fuerza política más importante, “pero no que se cumpla la maldición de la perversidad política”, refirió el senador al tiempo de precisar que la coalición del PANAL y el PT fue permitida desde los más altos niveles del poder político y los órganos electorales del estado están controlados por el gobierno local. Todo esto en su conjunto hace un proceso electoral anómalo en Puebla.
Insistió en que el segmento del PRD que apoya las coaliciones con el PAN, llevaría al partido a su desaparición, pues el partido ha perdido rostro y posiciones en los diferentes espacios de gobierno, pierde identificación rumbo al 2018. Por eso se ha manifestado en contra de las coaliciones de manera general, no solo de la de Puebla, pues es necesario construir una izquierda progresista, que construya, con un proyecto de nación posible y con un radicalismo necesario, no estéril.
Recordó que su relación con el gobernador del Estado ha sido siempre de respeto y cercanía con Rafael Moreno Valle, pero esta relación no es incondicional, pues son políticos que se encuentran en partidos diferentes. “Yo quiero que le vaya bien, pero también quiero que le vaya bien a mi partido.
Destacó que él se ha empeñado en gestionar los recursos para estas obras y proyectos y es el gobierno del Estado quien ejecuta las obras, para no tener nada que ver con las empresas constructoras.
Entre las gestiones de recursos a Puebla destacó los 500 millones de pesos para los arcos de seguridad, pero especialmente en la rehabilitación de escuelas en todo el estado, así como la construcción de nuevos espacios.
Finalmente, refirió que los integrantes de la corriente Nueva Izquierda, ha permitido una serie de acciones deterioradas de muy bajo nivel al interior del Partido de la Revolución Democrática, pero en Puebla los verdaderos perredistas han sabido preservar la dignidad del partido.