Milenio
Bagdad • Al menos 56 personas murieron hoy en Bagdad en un atentado en un funeral, indicaron las fuentes de los servicios de seguridad. Dos explosiones, una de ellas provocada por un coche bomba conducido por un kamikaze, dejaron también 128 heridos en Sadr City, un barrio chiita de Bagdad, indicaron las fuentes.
El atentado fue cerca de una carpa instalada, según la tradición, para acoger a los participantes en los funerales de un hombre muerto por causas naturales. Una segunda explosión, de origen indeterminado, ocurrió en la misma zona.
El atentado, que también causó 128 heridos, ocurre un día después de un ataque con bomba contra una mezquita sunita que causó 18 muertos cerca de Samarra, 110 km al norte de Bagdad. Se trata del atentado más sangriento en Bagdad desde el 28 de agosto cuando 75 personas murieron en atentados con coche bomba.
En otro ataque, cinco kamikazes vestidos con uniformes de las fuerzas especiales de policía atacaron hoy un puesto policial, matando a cuatro policías. Uno de los kamikazes murió antes de poder actuar, mientras que los otros hicieron explotar su cargas explosivas al interior del perímetro de seguridad, en la ciudad de Baiji, 200 kilómetros al norte de la capital.
Por lo menos otras once personas murieron en otros atentados en el país. Esto lleva a más de 500 el número de personas muertas en atentados desde el inicio del mes, y a más de 4,300 el número de muertos desde el inicio del año, según un balance de la AFP con base en fuentes médicas y de seguridad.
Cerca de 500 atentados con coche bomba se han producido en Irak, la mitad de ellos en Bagdad, desde el inicio del año, indicó una fuente diplomática occidental. Unos cien kamikazes se han inmolado en coches bomba desde comienzos del año.
Los kurdos iraquíes votaron hy para elegir su Parlamento regional, en sus primeras elecciones en cuatro años, marcadas por las tensiones con el gobierno federal de Bagdad y por los combates en la vecina Siria entre kurdos y yihadistas.
Los comicios coinciden con un intenso debate entre los kurdos, que viven principalmente en Irak, Siria, Turquía e Irán, sobre su identidad nacional, sobre todo desde que el régimen del presidente Bashar al Asad perdió el control de los territorios kurdos en Siria, en plena guerra civil.
Unos 2.8 millones de kurdos fueron convocados a votar en las tres provincias de esta región del norte de Irak, donde se formaron colas ante los colegios electorales desde su apertura. El conteo de votos comenzó poco después del cierre de los colegios electorales a las 17:00 (14:00 hora GMT). Los resultados preliminares se darán a conocer en los próximos días.
Algunos electores lucían trajes tradicionales reservados para las ocasiones especiales y numerosas mujeres vestían largas túnicas negras. “La situación era muy mala bajo el antiguo régimen”, dijo Ghazi Ahmed, refiriéndose al ex dictador Sadam Husein, quien persiguió a los kurdos cuando estuvo en el poder. “Pero ahora la vida es mejor, estamos en una buena situación”, dijo este comerciante de 56 años.
La campaña se centró en la lucha contra la corrupción, en la mejora de la prestación de servicios básicos y en la manera en que deberían invertirse los ingresos petroleros de esta región.
En estos comicios, los primeros desde 2009, tres principales partidos se disputaban los 111 escaños del parlamento kurdo: el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) del presidente regional Masud Barzani, la Unión Patriótica del Kurdistán, del presidente iraquí Jalal Talabani (UPK) y la lista de oposición Goran (“Cambio” en kurdo).
El PDK, que actualmente gobierna con la UPK, debería hacerse con el mayor número de escaños, pero no se espera que obtenga la mayoría en solitario. “Hoy es un día histórico en la historia del pueblo kurdo”, dijo el primer ministro regional, Neshirvan Barzani, sobrino del presidente. “Hemos dado otro paso más en la región para consolidar la democracia”.
La UPK, cuyo líder Talabani sufrió un ataque cerebral que desde hace nueve meses le mantiene lejos de la escena política, podría perder votos en beneficio de la lista opositora Goran. Estas elecciones se celebraron también en un contexto marcado por el deseo de independencia y el distanciamiento cada vez mayor de las tres provincias del Kurdistán respecto del gobierno federal.
El Kurdistán, una región rica en petróleo, quiere construir un oleoducto para unir directamente su territorio con los mercados extranjeros. Pero de momento la provincia autónoma exporta crudo en camiones hacia la vecina Turquía y firmó acuerdos de cooperación con compañías extranjeras como Exxon Mobil y Total.
También se aprovecha de un auge económico muy superior al del resto del país. El gobierno central de Bagdad considera que estas exportaciones de petróleo son contrabando y que los contratos firmados con compañías petroleras extranjeras sin el acuerdo del ministerio federal son ilegales.
El Kurdistán y el Estado federal también discrepan sobre la soberanía de la región de Kirkuk, rica en petróleo, que los kurdos quieren incorporar a su territorio. El Kurdistán está muy pendiente además de la guerra en Siria desde que los enfrentamientos en el nordeste del país entre milicianos kurdos y yihadistas opuestos al régimen de Damasco obligaron a decenas de miles de kurdos a huir a Irak.
Barzani esgrimió la amenaza de intervenir con sus propias fuerzas armadas en el conflicto sirio para proteger a los kurdos de Siria. Su gobierno matizó luego que la hipotética intervención no tendría que ser necesariamente militar. Las autoridades del Kurdistán afirman que sus ciudadanos gozan de mayores libertades que en el resto de Irak, aunque también son criticadas por abusos de poder.
Durante la campaña electoral, las concentraciones de partidarios de Goran fueron atacadas, dejando un muerto y varios heridos.